Los críticos de cine se equivocan (nos equivocamos) muy a menudo. Andrew Sarris, que falleció ayer en Nueva York a los 84 años de edad, no fue una excepción: desde su admirada y temida tribuna en las revistas Village Voice y Film Comment, este hijo de inmigrantes griegos puso a caldo los trabajos de Billy Wilder y Stanley Kubrick, entre otros juicios contundentes . Y, pese a esto, los críticos de cine pueden (podemos) crear escuela: influir en la forma en la que parte del público, y de la propia profesión, ven las películas.
|
etiquetas: andrew , sarris