La nueva ordenanza de ruido plantea unas sanciones sin precedentes, ya que en muchos casos multiplican entre 4 y 6 veces el importe actual. Esta dureza la sufrirán los ciudadanos que monten escándalo en la calle, sobre todo en horas de descanso. En concreto, si la voz humana adquiere «un tono excesivamente alto» porque su emisor no tiene «una conducta cívica normal» la Policía Municipal requerirá a ese viandante que cambie de actitud. Si el agente lo cree necesario, podrá interponer una multa que obligará a abonar entre 601 y 12.000 euros.
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