La familia de la víctima, Francisco C. R., tuvo que escuchar la minuciosa descripción de los golpes por parte del fiscal y el abogado de la acusación, para quien el ánimo del presunto agresor -el primer acusado- está claro: «Destrozarle la cabeza como una sandía». En la sesión hubo de todo: confesiones de última hora y hasta la expulsión de la sala de David, después de interrumpir a los letrados en varias ocasiones
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