En la enseñanza primaria, los juegos con figuras de plastilina tienen tanta o más importancia que aprender a leer, escribir y las cuatro reglas de la aritmética. La pretensión ha sido que los niños, envueltos en mimos y algodón, no aprendieran casi nada pero fueran felices. La pedagogía de la plastilina ha llegado a la universidad. Menos estudiar en serio, los alumnos harán de todo. La práctica es la aplicación de la teoría, no algo independiente de ella. Las habilidades y destrezas que se proponen con los nuevos planes son práctica sin teoría.
|
etiquetas: universidad , educación , pedagogía , bolonia