Según las fuentes consultadas por ECD el enfado de Torra, al enterarse del contenido de esa carta, fue mayúsculo: “Se sintió ninguneado y puenteado. Había defendido el 'no', y ahora los presos, que son un referente moral en Cataluña, piden la abstención”. El president, afirman desde su entorno, sintió que había hecho el “ridículo” siguiendo las tesis de Puigdemont. Un Puigdemont que, sin embargo, no ha quedado, como él, en mal lugar, ya que no ha hecho declaraciones públicas sobre la investidura...
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