Mariano Rajoy capitanea el mayor grupo de presión de los registradores de la propiedad, que ha conseguido mantener privilegios de la época franquista, únicos en Europa. El “clan” registral une y defiende intereses de políticos de todo pelaje: ministros, rotarios, aristócratas y hasta ultraderechistas. Desde 1981, Rajoy mantiene la plaza como registrador en Santa Pola, que le ha procurado unos 20 millones de euros, según denuncia la Asociación de Usuarios de Registros. Artículo publicado en Atlántica XXII en noviembre de 2011
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