Una cosa es la teoría y otra muy distinta la práctica. La nueva reestructuración del sistema financiero anunciada por el Gobierno, que hoy se aprobará en Consejo de Ministros, prevé reactivar un crédito prácticamente paralizado y abaratar más las viviendas. ¿Cómo? Pues obligando a bancos y cajas a realizar un esfuerzo adicional en provisiones para limpiar sus balances de activos inmobiliarios tóxicos, que ascienden a 175.000 millones de euros. De este modo, se amplía el margen que tienen para rebajar los precios de sus casas y deben hacerlo si
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