Los mensajes parecían provenir de Benedetto Vigna, CEO de Ferrari, y hablaban de una importante adquisición que la empresa estaba planeando. El estafador fue aún más audaz. Decidió realizar una llamada telefónica utilizando tecnología de deepfake de voz, que imitaba a la perfección el acento de Vigna, pero el directivo comenzó a sospechar debido a ligeras entonaciones mecánicas en la voz del interlocutor. “Disculpa, Benedetto, pero necesito identificarte”. Y le preguntó cuál era el título del libro que le había recomendado. La llamada se cortó.
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