"Ese momento en que un cargo político debe ceder su puesto a otro político de un partido contrario, es un momento de tensión y desesperación. Para ellos, es como si alguien viniera a profanar su casa, tomando control de todo lo que ha sido suyo antes… y eso les hace sudar.Es entonces cuando se producen las famosas “madrugás” o noches enteras destruyendo toda prueba o indicio de los tejemanejes que fueron orquestados desde sus otrora controlados dominios. Esas concesiones de construcción, esos correos electrónicos intercambiados..."
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