En los autos de prisión provisional que ha redactado para Zouhair Terrach y Abdessamad Ghailani Hassani, los dos últimos detenidos en Madrid por enaltecimiento del terrorismo islamista y por pertenecencia al autodenominado Estado Islámico, el juez Fernando Andreu revela que los yihadistas, además de tratar de montar diferentes tipos de explosivos, estaban intentando conseguir, a través de la fabricación casera de toxina de ricina, un arma química de efectos sumamente letales.