Lo que van a leer, lo reconozco, suena a una teoría conspirativa. Comprende gente poderosa que se reúne en despachos particulares, cientos de miles de millones de euros y arreglos clandestinos que determinan el destino de países enteros. Lo único que falta es un montículo de hierba [uno de los enigmas del asesinato de Kennedy] o una banda errante de illuminati. Hay, no obstante, dos diferencias cruciales: estos acontecimientos aun estan en desarrollo, y son más preocupantes que cualquier fantasía acerca de quien-mató-a-JFK que yo haya oído.
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