Pues nada, oye, que se acaba el mundo. Siempre supe que sería algo así. Siempre supe que sería culpa de los mexicanos. Putos frijolitos propaga-pandemias. Y como no podía ser menos, Euskadi y Cataluña han demostrado nuevamente que son el motor de España, importando antes que nadie la mortal influenza. Habrá quien crea que esta pandemia no es más que una cortina de humo para que no hablemos de la crisis y el paro. Habrá quien diga que es un castigo de Dios por follar sin condón y por marcar la casilla de las ONGs en la Declaración de la Renta.
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