Justin lleva dos palitos de helado en una mano, pero no está combatiendo el calor de este martes a mediodía. Entre los palitos hay pegada una cuchilla de afeitar, con la que raja minuciosamente las cápsulas de las plantas para que gotee su látex: el opio, una sustancia muy adictiva que adormece y calma el dolor, gracias a compuestos como la morfina. Es una especie de heroína barata. La rudimentaria herramienta de Justin es idéntica a la que apareció junto al cadáver de Pasquale, un italiano de 32 años que murió asfixiado y entre convulsiones en
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