Mil seiscientos prisioneros, esclavos, bailarines..., son capturados y metidos en sacos después de haber sido arrancados de su madre para siempre. A partir de aquí, se venden a las industrias en todo el mundo, por sus pasos de baile "frescos" y su espíritu. De siete a diez mil se quedan en estado salvaje. Haga sus cálculos. A este ritmo, si no existe actualmente un máximo de diez mil osos perezosos en su hábitat natural, sólo habrá cuatrocientos dentro de seis años.
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