El juego de IU y UPyD es sucio. Por una parte, se escudan en el genérico «partidos estatales» para pretender ganar para ellos. Por otra parte, el invento del «fijar un fondo estatal de restos» es un puro y simple golpismo.
Decir que la ley d'Hont no es proporcional es decir la verdad a medias, o lo que es lo mismo, decir medias mentiras. Hay fórmulas más proporcionales, así como fórmulas más desproporcionales. La desproporción fundamental del sistema español se da en las provincias pequeñas, pero es las grandes es prácticamente proporcional.
Lo que IU y UPyD hacen, con la propuesta de la circunscripción única, es sabotear la circunscripción provincial como ámbito primario de las elecciones. O lo que es lo mismo, quitar la representación práctica a las provincias pequeñas. Porque, ¿qué representación y qué representatividad van a tener, por ejemplo, los votantes de Soria dentro de una circunscripción única donde están los madrileños? IU y UPyP están proponiendo el jacobinismo puro y duro, más que el jacobinismo de hecho, pues ni en Francia hacen esto. ¿Todo en aras de qué? De sacarse unos escañitos más, que es lo que les interesa. Habría que ver si querrían la circunscripción única en caso de ser los partidos más votados.
La propuesta esta es una vieja idea, que ya sugirió Peces-Barba cuando el Bloque Nacionalista Gallego subió al 24% de votos en 1997. Entonces, Peces-Barba, secundando por otros ilustres «demócratas», propuso una «solución» al «problema»: cambiar las reglas electorales, y ahí surgió la idea de la circunscripción única. Lo cual da una perfecta idea de la catadura democrática del personaje y de sus secuaces: como no nos gusta lo que sale en las elecciones, cambiemos las reglas, ya que podemos hacerlo (o sea, por cohhoneh).
En el País Vasco, en las elecciones autonómicas, se otorga el mismo número de escaños a cada provincia, lo que hace que Álava tenga el mismo número de escaños que Vizcaya y Guipúzcoa, a pesar de que está mucho menos poblada (tres veces menos, o algo así, según creo). Esto perjudica muy claramente al nacionalismo, ya que Álava, la provincia menos nacionalista, está hipersobrerrepresentada en el parlamento. Todo esto permite a la prensa madrileño-cañí mantener la ficción de las «dos mitades» de los vascos, que no son tal sino una clara mayoría nacionalista. Sin embargo, nadie en el PNV ha dicho: «cambiemos el sistema electoral y hagámoslo más representativo, y de paso tengamos mayoría absoluta».
¿Y si lo propusieran, qué pasaría? Uy, habría que ver a Rosa Díez, a Peces-Barba y a toda la caterva de «demócratas», ¡lo que soltarían por la boca!
Decir que la ley d'Hont no es proporcional es decir la verdad a medias, o lo que es lo mismo, decir medias mentiras. Hay fórmulas más proporcionales, así como fórmulas más desproporcionales. La desproporción fundamental del sistema español se da en las provincias pequeñas, pero es las grandes es prácticamente proporcional.
Lo que IU y UPyD hacen, con la propuesta de la circunscripción única, es sabotear la circunscripción provincial como ámbito primario de las elecciones. O lo que es lo mismo, quitar la representación práctica a las provincias pequeñas. Porque, ¿qué representación y qué representatividad van a tener, por ejemplo, los votantes de Soria dentro de una circunscripción única donde están los madrileños? IU y UPyP están proponiendo el jacobinismo puro y duro, más que el jacobinismo de hecho, pues ni en Francia hacen esto. ¿Todo en aras de qué? De sacarse unos escañitos más, que es lo que les interesa. Habría que ver si querrían la circunscripción única en caso de ser los partidos más votados.
La propuesta esta es una vieja idea, que ya sugirió Peces-Barba cuando el Bloque Nacionalista Gallego subió al 24% de votos en 1997. Entonces, Peces-Barba, secundando por otros ilustres «demócratas», propuso una «solución» al «problema»: cambiar las reglas electorales, y ahí surgió la idea de la circunscripción única. Lo cual da una perfecta idea de la catadura democrática del personaje y de sus secuaces: como no nos gusta lo que sale en las elecciones, cambiemos las reglas, ya que podemos hacerlo (o sea, por cohhoneh).
En el País Vasco, en las elecciones autonómicas, se otorga el mismo número de escaños a cada provincia, lo que hace que Álava tenga el mismo número de escaños que Vizcaya y Guipúzcoa, a pesar de que está mucho menos poblada (tres veces menos, o algo así, según creo). Esto perjudica muy claramente al nacionalismo, ya que Álava, la provincia menos nacionalista, está hipersobrerrepresentada en el parlamento. Todo esto permite a la prensa madrileño-cañí mantener la ficción de las «dos mitades» de los vascos, que no son tal sino una clara mayoría nacionalista. Sin embargo, nadie en el PNV ha dicho: «cambiemos el sistema electoral y hagámoslo más representativo, y de paso tengamos mayoría absoluta».
¿Y si lo propusieran, qué pasaría? Uy, habría que ver a Rosa Díez, a Peces-Barba y a toda la caterva de «demócratas», ¡lo que soltarían por la boca!