Muchos padres, en casos de necesidad recuerdan implícita o explícitamente a sus hijos cómo les cuidaron en su infancia esperando cierta retribución, pero es que esa experiencia sólo es ejemplo para que sus hijos cuiden a sus nietos, algo biológico. Los cuidados de los mayores son otra cosa, porque no van a menos sino a más. Hay quien se encuentra experiencias activas, conversacionales... y quienes se encuentran personas con altísima dependencia, semivegetales, demencias con arrebatos, hospitalizaciones recurrentes. La prueba de que no estamos preparados y mentalizados para cuidar viejos es la proliferación de residencias, de las cuales muchas no son más que aparcamientos permanentes, morideros. Si queremos escapar de ese destino las medidas hay que tomarlas cuanto antes porque cuando estemos viejos, enfermos, sin fuerza ni influencia, ya será tarde. Sólo podremos salir a llorar en un artículo como este.
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#0, ¿Tú no duermes?