La derecha "nacional" regalándole patrimonio español a los mismos que nos quitaron las últimas provincias de Ultramar y que nos sacaron de América a cañonazos y borraron nuestro legado cultural en Filipinas.
Ese dicho, que aquí usamos para hacer la gracia, sin mas pretensiones que la de hacernoos los importantes, no tiene sentido fuera de nuestras fronteras (las asturianas). Nadie se lo toma en serio, o no se tomaba hasta ahora. Que lo diga un castellano como Casado suena ridículo. A ver si los fachas se olvidan de nosotros de una puta vez, que están consiguiendo que símbolos como Covadonga pasen a ser vistos como sectarios y ultranacionalcatolicos, cuando en Asturias era algo nuestro y de todos, fueras de izquierdas o de derechas. Pues no, han tenido que venir los de VOX y los del PP a joder la marrana.
"Vamos a ver, Eduardo (Zaplana). Tenemos el Gobierno, el Ministerio de Justicia no sé qué y tal. Y escucha, tenemos a un juez que está provisional… Tú lo asciendes… Yo le digo, a ver, venga usted pa acá. ¿Cuál es la plaza que le toca? Onteniente, a tomar por culo a Onteniente y aquí que venga el titular, que ya me las apañaré con el titular, coño"
Que la justicia relativa a la monarquía española solamente se pueda administrar e impartir desde fuera de España significa que la monarquía pone a España en dependencia del exterior, lo cual es uno más de los muchos motivos por los que la monarquía es un lastre perjudicial y debilitador para España.
Por lo demás, el pueblo español sigue atrapado en la trampa de la monarquía gracias al apoyo a la monarquía proviniente de una mayoría cuyo coeficiente intelectual es el que está a la altura de defender el libre mercado por una parte, pero defendiendo también que es malo que el pueblo ejerza su derecho de libre mercado de no aceptar, vía elecciones democráticas, a jefes de Estado ladrones; o a la altura de entender que lo buena o lo mala que sea la monarquía depende de lo bueno o lo malo que quiera ser personalmente quien ocupe la jefatura de Estado monárquica, no de lo buena o lo mala que sea la monarquía como institución procurando con sus normas reguladoras que el jefe de Estado pueda delinquir, al protegerle de elecciones democráticas y de procesos judiciales.