#5 No idealices a esos "guardacostas" que ahí hay de todo, incluyendo también a gente sin escrúpulos que simplemente ve la oportunidad de ganar dinero mediante la violencia y la aprovecha.
También se decía que la mafia italiana se encargaba de esconder esos barriles con residuos radioactivos y de todo tipo en las costas de Somalia. Creo que salía en el libro "Gomorra" de Roberto Saviano.
#3(Y que alguien me explique porque no es el video lo que se envía, por favor. El artículo no añade nada).
Porque leer es mejor, la información se digiere más, y puedes copiar/pegar para buscar y sacar tus propias conclusiones. Eso de ver vídeos hiperactivos de <2min es de zoomer caído al agujero negro del algoritmo.
Y eso sin mencionar que es tiktok, la mayoría de las veces me fuerza a bajarme su spyware para ver lo que sea.
#1 Igual es porque es la primera vez que aparece este titular? En cambio en el caso contrario es lo habitual?
Pero bueno, que una simple flor en un paramo seco no te impida gritar que estamos en primavera
#6 La diferencia es la edad. En este caso suponemos que ha sido un trágico accidente y no tienen ninguna gracia que muera una niña. En cambio si es un borracho o un drogadicto que viene a España a molestar a los trabajadores y se tira desde el balcón por que es gilipollas, pues mira, son sus costumbres.
#23 pasa con cualquier disciplina cuando la llevas al extremo, por ejemplo no hay cosa más deprimente que unos juegos olímpicos, es un cementerio de vidas tiradas a la basura en directo. Al menos del ajedrez puedes vivir más tiempo, supongo.
#21 No es legal hidrogenar la carne en Europa. No se hace porque la multa puede ser muy grande.
El liquido que suelta la carne, literalmente es la descomposicion de su proteina. Esos filetes no los ha cortado el carnicero justo para que te los lleves, pueden llevar días en esa barqueta y van a soltar proteína descompuesta. Además del mal efecto estético, afecta a la durabilidad del producto, así que hay que "atraparla" en esas almohadillas.
#29 La productividad ha aumentado sin parar. Cada vez menos trabajadores producen más que antes.
Hemos pasado de que solo el marido, sin estudios, ganase para mantener a la familia, comprar piso y coche, a que, trabajando los dos titulados universitarios, no tengan para pagar un alquiler.
Todo ese aumento de la productividad se ha ido en enriquecer a una minoría, para que se lo gasten en turismo espacial. Con el dinero que les sobra especulan con la vivienda, encareciéndola y empobreciendo aun más a los trabajadores.
Nunca menos gente poseyó una parte tan grande de la riqueza mundial.
Podemos hacer que una parte de esos beneficios se destinen vía impuestos, a pensiones y servicios sociales, o podemos seguir como hasta ahora y llorar porque no habrá para pagar pensiones con los salarios.