#1 Pues no sé, la zona está calentita. Como les de a los vecinos por hacerle un gang bang ya puede tener los portaviones que quiera usa por allá que las pasarán putas.
#1 El problema de Israel lo tienen dentro con la bomba de relojeria demográfica de los ortodoxos... es cosa de tiempo que al menos tengan que repensar su modelo de nación y ambiciones étnico-territoriales por pura supervivencia.
#56 El error que siempre se comete es decirle a la industria cómo tiene que hacer su trabajo. Ellos son los expertos no los políticos. Podrás dar incentivos o patrocinar investigación y desarrollo. Pero es un error decirles qué tienen que vender.
#18 Los mercados siempre se han adaptado. Si falta petroleo se desarrollarán otras tecnologías como los combustibles sintéticos. El error siempre ha sido forzar un cambio tecnológico para luego descubrir que era inviable.
#18 Game over? Cuando no puedas comprar combustión, comprarás las opciones que el mercado disponga, con el dinero que los bancos te presten, cuyo recibo sintetizarán en un producto financiero con el cual invertir en la industria que te ofrezca "la solución" a tu problema de movilidad.
#25 Si, y tiene su lógica en el tratamiento, el subidon de serotonina que te produce el MDMA permite que tu "voz interior" sea mas indulgente contigo, te permite abrirte a conversar contigo mismo sin las trincheras y parapetos que vamos levantando a lo largo de la vida y abre muchas vias nuevas de auto entendimiento, siempre y cuando lo uses como forma de introspeccion y no para saltar en una rave. Y esto lo se porque me lo ha contado un amigo, por supuesto.
#68 Es que la alternativa es hiperinflación y devaluacion del euro, no generan una crisis por maldad o estupidez, es que no les queda otra salida.
Y las crisis las pagan los pobres, quién si no.
#32 claaaro... A una escoria cómo está la vas a cambiar a base de charlas concienciadoras y cursitos online...
Claro que el castigo es necesario en determinados casos
#25: El problema es el de siempre: no se persigue el vandalismo lo suficiente.
No es solo el daño económico, es el perjuicio a la convivencia ciudadana, además del coste ambiental de reponer unos materiales que podrían seguir haciendo su función si no hubiera habido vandalismo.