Esto se explica muy fácilmente con la parábola de los cinco hermanos que heredan una suculenta cuenta de ahorro de sus padres. Tienen un millón en la cuenta y les dan una tarjeta de crédito a cada uno. Y todos ellos pueden gastar sin límite, sin contar con los demás y sin necesidad de pactar nada. Hay dos de esos hermanos que son enemigos jurados, otro no se habla con ninguno, y otros dos se llevan bien entre ellos, no se hablan con uno, y se tratan poco con los otros dos. Lo sensato sería ahorrar todos, usar la tarjeta de manera moderada...
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Yo, por ejemplo, creo que el lema "salvar el planeta" es una soberana gilipollez. El planeta se va a salvar solo. La cuestión es si nosotros seguiremos en él. Prefiero pensar que sí, y que podemos trabajar por ello.
No es contradictorio prepararse a nivel local para las consecuencias del cambio climático con tratar de obtener una respuesta global. Es una falsa disyuntiva pensar que o luchamos por un cambio global, o por prepararnos: podemos hacer ambas cosas. Lo que no es útil, es llamar a la rendición.
A veces la solución viene de que se joda todo antes. De eso van las revoluciones.
En el caso del artículo, los hermanos tomarán una decisión para contrilar el gasto si se agota la pasta o están en la puta ruina. Mientras eso no pase, no es realista pensar que harán nada.
¿No queremos unirnos globalmente para buscar una solución? Pues entonces pisemos el acelerador, y verás como después de la gran hostia se decide algo.
A eso se le suele llamar aceleracionismo, y tiene su base.
Lo mismo, el mundo es de todos, deberíamos disfrutarlo de igual manera pero el capitalismo se va apropiando de los recursos, compra nuestra parte, roba si no la queremos vender, etc. La solución es utópica porque somos egoistas por naturaleza.
Es posible que lo que se pueda hacer a nivel local aporte poco, pero aportan mucho menos los discursos pesimistas.
Va a servir lo mismo.
En paralelo, tenemos que dejar atrás la sociedad competitiva, y evolucionar a la sociedad colaborativa. Y a no mucho tardar a ser posible, ya que nos estamos jugando demasiado.
En cuanto a lo segundo tengo pocas esperanza, la verdad.