En sus palabras no se aprecia rastro de su país de origen. Su acento gallego no ha desaparecido ni un ápice. "Soy galego total", decía a eldiario.es hace un año, pocas semanas después de su deportación a Senegal. Lo sigue siendo, pero a más de 3.000 kilómetros de distancia y con la prohibición de regresar. Pape llegó a España a los 14 años y fue expulsado de forma forzosa a los 25 tras perder su residencia legal por su situación de desempleo. "No me acostumbro. No me siento de aquí, estoy como perdido", dice el joven desde Dakar.
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