Si a casi todos nos gustan las películas de atracos, si el cine ha hecho del ladrón de bancos una figura mítica imprescindible, es porque siempre intentamos corregir los desajustes de la realidad mediante el truco de la ficción. O dicho de otra manera, porque entre dos formas establecidas de robar, los ciudadanos de a pie elegimos la pequeña, la romántica, la que hace menos daño.
|
etiquetas: banca