Hay un tesoro oculto en el jardín. En el parque, entre las vías del tren, junto al camino. Toneladas de alimento, nutritivo, sabroso, listo para ser aprovechado. “En algunas zonas estimamos que podría haber 7000 kilos por hectárea”, señala el doctor Eduardo Rapoport, que, junto con Ana Ladio, Laura Margutti y otros investigadores, calculó el peso y el valor nutritivo de las plantas silvestres comestibles que hallaba a su paso. Poca diferencia tienen con las que suelen encontrarse en las verdulerías. La gente las llama malezas; ellos prefieren
Comentarios
SPAM: pdcalete
Mi tía abuela hacía unas ensaladas riquísimas con hierbas que salían en los margenes y en los solares y huertas abandonados.
A florette no le gusta esto.
Con los bichillos de los arriates
#0 Yo me tengo entrado bocatas de chorizo behind the musgo.