Ahora nadie tiene memoria. Por eso son esenciales los Manolis Glezos con pelotas para subirse al Partenón y gritar: “yo sí recuerdo” y “no pasarán”, aunque después pasen. La lucha continúa, ese es el motor, la mayor de las radicalidades. Ya lo dijo Aristóteles: “La esperanza es el sueño del hombre despierto”.
Comentarios
Fascinante la vida de este hombre.
Ahora nadie tiene memoria. Por eso son esenciales los Manolis Glezos con pelotas para subirse al Partenón y gritar: “yo sí recuerdo” y “no pasarán”, aunque después pasen. La lucha continúa, ese es el motor, la mayor de las radicalidades. Ya lo dijo Aristóteles: “La esperanza es el sueño del hombre despierto”.
Si lo hizo una vez, puede otra
Un verdadero ejemplo a seguir, al que no llegan ni a la suela de los zapatos la inmensa mayoría de nuestros políticos.
#0 por qué los negativos?
#3 Porque de donde no hay, no se puede sacar