Traducción deepl

Esta afirmación se basa en un malentendido fundamental de lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza. Está alimentada por clichés difundidos por los escalones políticos y militares para justificar sus acciones y obtener el apoyo y la legitimidad de la opinión pública para continuar una guerra fracasada.
De hecho, son los mismos que declaran que el cese de las hostilidades significa nuestra derrota y rendición los que están acercando al ejército al colapso y al Estado a su caída. Los objetivos de la guerra - «llevar a Hamás al colapso» y «liberar a todos los rehenes mediante presión militar»- no se han alcanzado. Si seguimos luchando en Gaza asaltando y volviendo a asaltar los mismos objetivos, no sólo no conseguiremos que Hamás se derrumbe, sino que nos derrumbaremos nosotros mismos. Dentro de poco tampoco podremos llevar a cabo esos repetidos asaltos, porque cada día que pasa las Fuerzas de Defensa de Israel se debilitan y aumenta el número de muertos y heridos en combate entre nuestros soldados. Hamás, por el contrario, ya ha repuesto sus filas con jóvenes de 17 y 18 años.

Los reservistas de las FDI ya están votando a través de la acción, y muchos ya no consienten que se les vuelva a reclutar una y otra vez. Los soldados conscriptos están agotados y están perdiendo aptitudes profesionales por falta de formación; algunos abandonan los cursos antes de completarlos. La economía, las relaciones internacionales y la cohesión social de Israel están gravemente dañadas por esta guerra de desgaste contra Hamás y Hezbolá, una guerra que continuará en el norte y en el sur mientras el ejército israelí permanezca en Gaza. La necesidad de concentrar fuerzas en otros frentes -Líbano o Cisjordania, debido a la actividad terrorista- también obligará a los militares a sacar fuerzas de Gaza y enviarlas a diversos puntos conflictivos. Esto se debe a que las IDF no disponen de fuerzas suficientes para librar una guerra en varios frentes.

En otras palabras, llegará el día en que las IDF ya no podrán permanecer en la Franja de Gaza porque Hamás la controlará por completo, tanto en la ciudad subterránea de túneles que se extiende cientos de kilómetros, como en la superficie. El número de túneles destruidos por las FDI representa sólo un pequeño porcentaje. Lo mismo ocurre con los túneles bajo los corredores Philadelphi y Netzarim; Hamás los está utilizando incluso ahora para introducir armas desde el Sinaí en los sectores norte y sur de la Franja de Gaza. En esta situación, el ejército es incapaz de derrotarlo y llevarlo al colapso.
Si dejamos de hacer incursiones porque el ejército es débil y porque no tenemos otra opción, o si trasladamos nuestras fuerzas a otras zonas, nuestros enemigos declararán a bombo y platillo que el ejército israelí ha tirado la toalla, ha abandonado Gaza y se ha rendido.

Mejor, entonces, ser inteligentes y tomar la medicina antes de enfermar. Ahora debemos llegar a un acuerdo para liberar a los rehenes. Esta puede ser la única manera de traerlos a casa. Debemos detener la guerra en Gaza, lo que muy bien podría suponer también el cese de los combates con Hezbolá, así como reducir las posibilidades de una guerra regional en varios frentes, para la que no estamos en absoluto preparados.
En este intervalo pacífico reconstruiremos el ejército, la economía, las relaciones internacionales de Israel y su cohesión social, sustituiremos a todo el poder político y militar, cómplices todos ellos de ese terrible fracaso, y emprenderemos un nuevo rumbo. Este es el camino. No hay otro.
El General de División Yitzhak Brik sirvió en el Cuerpo Blindado como comandante de brigada, división y tropas, y fue comandante de las escuelas militares de las FDI. Durante 10 años fue defensor del pueblo de las Fuerzas de Defensa de Israel.