Al otro lado del río junto al templo de Ōnodera, prefectura de Nara, sobre una pared rocosa aparece finamente delineada la figura del bodhisattva Miroku (sánscrito: Maitreya). Es la mayor figura budista de Japón en roca viva, modalidad escultórica desarrollada en el país a partir del periodo Kamakura. Su mágica presencia parece acompañar amablemente a quienes visitan los parajes montañosos de Murou. Con andamios de madera o bambú, se esculpió una aureola de más de 13 m de alto y, en su interior, alisando la roca, una imagen de Miroku de 11,5 m.