Los edulcorantes que usamos para evitar el consumo de azúcar están provocando el efecto contrario al buscado, según un equipo internacional de investigadores. Consumir estas sustancias, aseguran, altera el equilibrio bacteriano de nuestros intestinos y predispone a sufrir intolerancia a la glucosa (un paso previo a la diabetes).
#2:
Escribo mi respuesta de Twitter:
Si una encuesta de política con 1000 personas es ridícula, un estudio científico con 7 personas no habría ni que hacerle caso
#1:
(Antes de opinar) leerlo entero, hasta el final. Y luego podéis dudar de quien tiene la mano más larga si la industria azucarera o la farmacéutica
Escribo mi respuesta de Twitter:
Si una encuesta de política con 1000 personas es ridícula, un estudio científico con 7 personas no habría ni que hacerle caso
#0 He cambiado el titular del artículo principal porque se malinterpretaba. Ahora es: Expediente sacarina: ¿de verdad predispone a la obesidad y a la diabetes? En realidad todo indica a que no hay elementos para afirmar una cosa tan gorda.
Los edulcorantes predisponen a la obesidad y a la diabetes... en ratones. Y cuando se les da la dosis máxima permitida (que nadie se pondría nunca en la comida).
Como referencia para comparar, la dosis máxima recomendada de aspartamo al día serían 50 mg/kg de peso. En una persona de 70 kg, eso quiere decir que podría comerse 3.5 kg de aspartamo, que en coca-colas light serían más de 6 litros. Con esas dosis es con las que se ha hecho el estudio, y en ratones.
He votado erróneo porque al respecto de los edulcorantes ya hay muchísimos estudios que cubren todos los aspectos de la seguridad alimentaria de estas sustancias. Cualquier novedad al respecto se sitúa dentro de: ante afirmaciones extraordinarias que van en contra de un gran acervo de conocimiento de la ciencia, se requieren pruebas extraordinarias.
Como creo que no se proporcionan ni mucho menos, califico el meneo como pseudociencia y quimiofobia.
#10 Yo formé parte del equipo de uno de los mayores expertos mundiales en biología del envejecimiento, Jaime Miquel Calatayud.
Explorar cómo los edulcorantes podían falsear la señalización química de las células fue parte de mi formación y se tomó seriamente en consideración, puesto que se veía claramente que las rutas de la insulina tenían relación con la longevidad de organismos complejos.
#12 Ya he leído. Por cierto, aunque sin comunicarnos, me vi este último viernes con López Nicolás. De llegar a saberlo, lo hubiéramos hablado:
¡¡Claro que los edulcorantes pueden causar un efecto!! Pero en cantidades arrollantes, más alla de lo que una persona normal puede consumir, así que, fundamentalmente, son seguros.
Comentarios
Escribo mi respuesta de Twitter:
Si una encuesta de política con 1000 personas es ridícula, un estudio científico con 7 personas no habría ni que hacerle caso
100% de acuerdo
#2
(Antes de opinar) leerlo entero, hasta el final. Y luego podéis dudar de quien tiene la mano más larga si la industria azucarera o la farmacéutica
#1 En Menéame se opina sin leer.
#1 Perdona, es superior a mis fuerzas... Sería "leedlo", el imperativo en lugar del infinitivo...
#0 He cambiado el titular del artículo principal porque se malinterpretaba. Ahora es: Expediente sacarina: ¿de verdad predispone a la obesidad y a la diabetes? En realidad todo indica a que no hay elementos para afirmar una cosa tan gorda.
#5
Creo que sí, es lo más acertado
Por qué tiene negativos este artículo?
Editado.
Los edulcorantes predisponen a la obesidad y a la diabetes... en ratones. Y cuando se les da la dosis máxima permitida (que nadie se pondría nunca en la comida).
Como referencia para comparar, la dosis máxima recomendada de aspartamo al día serían 50 mg/kg de peso. En una persona de 70 kg, eso quiere decir que podría comerse 3.5 kg de aspartamo, que en coca-colas light serían más de 6 litros. Con esas dosis es con las que se ha hecho el estudio, y en ratones.
Da la sensación que, para realizar el estudio, en vez de partir de una hipótesis, partieron de una conclusión.
He votado erróneo porque al respecto de los edulcorantes ya hay muchísimos estudios que cubren todos los aspectos de la seguridad alimentaria de estas sustancias. Cualquier novedad al respecto se sitúa dentro de: ante afirmaciones extraordinarias que van en contra de un gran acervo de conocimiento de la ciencia, se requieren pruebas extraordinarias.
Como creo que no se proporcionan ni mucho menos, califico el meneo como pseudociencia y quimiofobia.
#9 Te he votado negativo por no leer el artículo. Nada personal
#10 Yo formé parte del equipo de uno de los mayores expertos mundiales en biología del envejecimiento, Jaime Miquel Calatayud.
Explorar cómo los edulcorantes podían falsear la señalización química de las células fue parte de mi formación y se tomó seriamente en consideración, puesto que se veía claramente que las rutas de la insulina tenían relación con la longevidad de organismos complejos.
A dia de hoy, es un campo abandonado.
#11 Felicidades. Ahora lee
#12 Ya he leído. Por cierto, aunque sin comunicarnos, me vi este último viernes con López Nicolás. De llegar a saberlo, lo hubiéramos hablado:
¡¡Claro que los edulcorantes pueden causar un efecto!! Pero en cantidades arrollantes, más alla de lo que una persona normal puede consumir, así que, fundamentalmente, son seguros.