El problema no es que los docentes tengamos muchas vacaciones, sino que el resto de trabajadores tienen pocas. Estaría muy bien que, como sociedad, entendiéramos que insistir en que otros pierdan derechos establecidos, no va a hacer que vivamos mejor o seamos más felices. Ganaríamos mucho más peleando para que las condiciones laborales mejoren para todos y avancemos hacia una sociedad más humana y con más derechos. No es necesario pasar 8 horas en la mayoría de trabajos y hay que mejorar la conciliación laboral muy mucho.
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