No hay franja de edad que se libre del insomnio que smartphones, tablets y ordenadores generan cuando los utilizamos a deshora. Tiene nombre y aunque parezca inofensivo, a nuestra salud no le hace nada de gracia. Trastear en Whatsapp o actualizar el correo de madrugada es señal de vamping tecnológico, un incipiente fenómeno responsable de la pérdida de horas de sueño por estar frente a la pantalla. Aparentemente, un gesto inocente, pero detrás de cada hora perdida podemos encontrar consecuencias para nuestra salud mental y física.
Comentarios
Si no sabéis usar el móvil se dice y no pasa nada.
Modo no molestar, desde las 8 de la tarde a las 8 de la mañana.
#1 Yo lo tengo en no molestar 24 horas al día.
#1 También se puede apagar.
Porque no lo pones en silencio, básicamente.
#12 Que sí, que sí. Y que curioso que solo pase con los móviles...
Saludos.
Tanto mito con lo de la melatonina como lo de la luz azul, errónea.
Saludos.
#11 Antes de generalizar, infórmate. La síntesis de melatonina se inhibe en cosa de minutos al activarse el tracto retino-hipotalámico por la luz: https://mvmelatonina2011.wordpress.com/2011/06/28/sintesis-de-melatonina/
"Si utilizamos aparatos electrónicos con luz, el cerebro entiende que aún es de día y no segrega melatonina, ya que la luz detiene la producción de esta hormona, por lo que retrasamos el inicio del sueño y dormimos menos horas, lo que llamamos insomnio tecnológico”,
Y las bombillas, y la televisión, y las farolas.
Poca consistencia veo yo en este tema.
#8 Si, precisamente. Las pantallas, las bombillas, las farolas,... y todas las luces artificiales fuera de las horas diurnas hacen disminuir la liberación nocturna de melatonina.
#9 entonces el problema no son las pantallas, son las luces artificiales, puro sensacionalismo.
A partir de qué hora se considera vamping?
#2 No es una hora en particular. Es a partir del momento en que te quita horas de sueño y calidad de este de forma que al día siguiente te afecta en el desempeño escolar o laboral.
#3 Pues tienes razón, el móvil puede llegar a resultar adictivo, sobretodo en los jóvenes.