Rajoy no quiere ver muchas cosas. No quiere ver que la constitución, las demás leyes y la política son herramientas para gestionar necesidades, sí, las necesidades del pueblo. Rajoy se olvida de que el pasado 11 de septiembre salió a la calle un millón y medio de catalanes reclamando un estado propio, Rajoy se olvida que esto no ha sido ni instantáneo ni gratuito y, menos aun, cuando el PP ha fomentado y se ha nutrido del anti-catalanismo para ganar presencia en diversos territorios del Estado. Leer más...
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Hay dos actitudes contrapuestas desde fuera de Catalunya que dan alas al independentismo. Las de aquellos que recurren a la amenaza y la imposición y la de aquellos que desde un falso progresismo piensan que el nacionalismo se frena con "comprensión" al nacionalismo y criminalizan no a esos primeros "tronados" que hablan de poner tanques en la diagonal sino a cualquier crítica al nacionalismo y precisamente a aquellos catalanes que se oponen al independentismo y podrían frenarlo.
Quizás, lo más sensato por parte de Rajoy seria hacer lo que él mismo ha dicho, “escuchar”. Escuchar a los catalanes a través de un referéndum y dejar de huir constantemente con la cola entre las piernas y, eso sí, con un puro entre los labios.
Si empezamos a hablar de sensatez, sentido comun y coherencia con la gente del PP, primero deberemos regalarles un diccionario para que busquen estas palabras...
Lo imposible es que le importe tres cojones. Que es muy distinto.