Khaled y Mohamed llegaron solos a España con 11 y 16 años respectivamente. Ambos arriesgaron sus vidas para alcanzar el continente europeo: tres días pasó Khaled sobre los ejes de un camión, los mismos que Mohamed en el mar a bordo de una patera que, al poco de ponerse en marcha, se quedó sin combustible. Dos caminos y una sola conclusión: desaconsejar a los jóvenes marroquíes tratar de alcanzar, como han hecho ellos, “el sueño europeo”. Dos experiencias y una única meta: salir adelante.
Comentarios
Esto es problema de las mafias, que les prometen un paraiso que no existe aquí (ni en ningún sitio).
A todos nos pasa en mayor o menor medida. Por eso se llaman sueños. Porque no existen. Cuando yo llegué a los EEUU (vale, en avión), me imaginaba lo que nos venden en las películas. Al mes de vivir en Tejas estaba más que horrorizada. Ahora ya no tengo ningún sueño americano, ahora todos mis sueños son europeos(con todo lo malo).
Si alguien arriesga su vida para venir no será por lo bien que está en su país... el de la parabólica se quedará en su casa, el que no tiene ni teléfono es el que se viene...
En Suecia piensan que en España la gente está todo el día de fiesta y no trabaja (contado por una sueca)...
Como dice uno de los muchachos, el rey de Marruecos tiene una de las mayores fortunas del mundo y sus subditos estan en la miseria.
#8 Pero la mayoría de las pateras vienen con inmigrantes subsaharianos, que durante pocos días están en Marruecos "de paso" como parte de su ruta, que comenzó mucho atrás.
La cuestión es que los líderes de los paises africanos no les importa que sus ciudadanos se jueguen la vida , y contra eso el gobierno español no puede luchar
#7 Algo tienen que saber en el norte de Marruecos, allí se capta la televisión española... y lo más fuerte es que incluso así sigan jugándose la vida y viniendo.
El salario de un funcionario del estado no está mal en Marruecos actualmente, pues ha experimentado una mejora muy grande, llegando incluso a que muchos puestos cobran lo mismo que aquí, solo con la diferencia de que ahí les exigen sufrir unos 3 años con un salario precario al principio. Los que Sí sufren la tortura del elevado precio de la vida son el resto de trabajadores del sector privado donde las empresas del textil y las conservas impiden al gobierno elevar el salario.
#7 Obviamente no lo impide, no les interesa (a los miembros del gobierno, quiero decir) puesto que luego reciben jugosas ayudas económicas "para el desarrollo" a cambio de que readmitan a esas personas en su territorio cuando son extraditadas.
Intereses económicos contra la humanidad. Estamos jodidos...
#19 El Tercer Mundo debe de ser el principal mercado de antenas parabólicas. He visto barrios de barracas en las afueras de Rio de Janeiro con una parabolica gigantesca en cada una de ellas, de hecho la antena no era mucho mas pequeña de la barraca. En Oriente Medio los edificios de pisos tienen docenas de parabolicas en la terraza, tantas que afean muchisimo la apariencia de la ciudad. Nadie puede quejarse de falta de informacion, pero tengamos en cuenta que no es habitual que las teles hablen de los problemas de la gente, pues, con algunas excepciones, suelen concentrarse en mostrar el lado divertido de la vida, pero incluso en las de asesinos todo esta lleno de mansiones y coches espectaculares. Esto es lo que queda en la retina del personal.
#7 ¿Dónde? ¿Dóndeeee?
#12 Otra transcripción sería Jalid, 'Khaled' es fiel solo si se usa pronunciación inglesa.
Martes 2 de agosto de 2005
Khaled ese nombre parece más el nombre kriptoniano de Supermán que árabe.
Y lo peor es que el gobierno lo sabe (el de su pais me refiero) pero no les desalenta ni les muestra las imagenes de las pateras cuando llegan, si llegan.
#6: en algunos sitios asi es
Yo esto ya no me lo trago. Si en Marruecos todos tienen una parabólica dónde ven toda la liga y los telediarios.
#12 Es el nombre de un famoso cantante magrebí.
#14 TODOS tienen parabólica. Si tienes amigos marroquís te lo podrán afirmar.
pero estos musulmanes el paraiso lo tenian despues de la muerte no? A lo mejor es que no quieren esperar, por si acaso.
Tras los malos augurios de un verano marcado por la llegada de pateras a nuestras costas, que menos que conocer la realidad de aquellos que vemos desfallecer bajo el impenitente sol y los maltratos del salitre.