Hace 17 años | Por bar a lavozdegalicia.es
Publicado hace 17 años por bar a lavozdegalicia.es

Las peripecias de montar una casa de turismo rural en algunos lugares de galicia. El caso es que en el lugar de Regueiro, donde está la casa, no hay alcantarillado, ni agua corriente, ni cobertura de móviles, ni línea telefónica convencional (por tanto la conexión a Internet y el cobro con tarjeta de crédito son una quimera), ni recogida periódica de la basura, la luz se apaga con frecuencia y sólo se ve la TVG.

Comentarios

bar

Lo mas increible de todo es que a 10 km esta la central termica que mas electricidad produce de España, y en el propio ayuntamiento hay un parque eolico que se controla a distancia a traves de internet, y esta gente com problemas de electricidad y de telefono.

Tumbadito

pero justamente la idea de irme a medio del campo viene acompañada de mi necesidad de desconectarme de todas esas cosas.
Añoro mi casita en Carmelo. Uruguay, sin movil, sin internet, sin 1600 canales de TV que no me sirven para nada, sin presiones, solo el campo y yo.
tengo alquilado casas en el delta del tigre, sin luz, con agua de pozo, y vivir asi una semana (mas no aguanto) realmente a mi me oxigena todo eso...

D

jajajaja me parto.
no deberia haber analizado la situacion antes de empezar a invertir?

estos urbanitas de plástico creen que el rural es un parque de atracciones.que risa.
y tiene el morro de reclamar a la Xunta ayudas cuando la gente que vive ahi esta en la misma o peor situacion

que tenga suerte por que la va a necesitar.

D

#2 Tumbadito: vivo tras huír de lo urbanita, en una casa de piedra, con agua que canalizamos desde un manantial, con pozo negro por alcantarillado y con ADSL a máximo 300k con suerte. Donde a menudo falla la tensión eléctrica, o se corta la línea telefónica debido a algún arbol.

Rodeado de árboles, con jabalíes, corzos, conejos, zorrose incluso algún aguilucho, cerca del mar a veces rumoroso, a veces embravecido.

Dentro de la casa, de piedra, no funcionan los móviles. Me calienta una vieja cocina de leña que alimento como ser vivo y tantas veces imprescindible compañero.

Ese olor a vida cambiante: ora a campo recién arado, ora hierba recién cortada, ora tierra mojada...

Sonidos de melódicos pajarillos que hacen olvidar esas trepidantes sirenas de ambulancias entre sonoro clacson de atasco y cemento, hormigón y ladrillo. Humo pestilente. Gentío.

¿Oíste hablar del creciente movimiento del "caracol"?