Su labor consistía en ir corriendo delante de la locomotora con un banderín rojo en una mano y un cornetín en la otra. Daba igual que hiciese frio o calor que lloviera o granizara que subiera o bajara, su cometido era anunciar a los viandantes de la inminente llegada del “caballo de hierro” y evitar accidentes entre los despistados.
Comentarios
#1 el ingenio popular, el mayor lingüista de todos los tiempos.
De aquí a un par de años:
Oficios de ayer: director de discográfica
¿Corriendo delente de la locomotora? ¿Pero el tren que iba, a pedales?
Qué prodigio de velocidad...
#0 "Daba igual que haría frio o calor"
Esa frase hace llorar al niño Jesús.
¿y ninguna SGAE salió a exigir que no perdiera su puesto de trabajo al quedarse obsoleto?
Como parecía que el tren quería cogerle por detrás la gente empezó a llamarle “cagueta” por su teórica falta de valentía al “salir corriendo”.