Por fortuna, algunos no tragan con el timo de un mundo ideal, que pasa por una reinvención de la esclavitud. Inspección de Trabajo acaba de decirle a Glovo que sus 361 repartidores autónomos de Balears son más falsos que la modestia de Cristiano Ronaldo o las oenegés de Messi, para no ofender. Que debe 365.000 euros en cuotas impagadas a la Seguridad Social. Que tiene que contratarlos como trabajadores por cuenta ajena.
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