#2 Suele ser falta de cultura financiera. Unos amigos míos hace unas décadas, con su primer trabajo, fliparon con el tema de pagar a plazos. Un día les echamos las cuentas y vimos que se estaban dejando cientos de euros extras en tonterías que no necesitaban urgentemente: un portátil, un equipo de música, una televisión, una consola, etc. Uno hasta acabó teniendo que pagar intereses de demora por el coche porque no se esperaba que un mes le llegasen tantos cobros.
Y bueno, el tema de los contratos de telefonía hace más de una década también era algo maravilloso. Recuerdo a gente que tenía contratos del pleistoceno, porque ni Movistar ni Vodafone te los mejoraban a menos que amenazases con largarte, y estaban pagando tres veces más que el resto por los mismos servicios. Casi siempre ocurre igual cuando firmas algo sin hacer consultas previas o te desentiendes después de contratarlos.
#1 Como dice #3, el problema está en que las redes sociales apuntan directamente a los adolescentes y preadolescentes, cuando la publicidad del tabaco antes iba dirigida a los adultos.
Además era publicidad evidente. Ahora la publicidad es "indirecta" .
Nunca te venden el tabaco sinó el glamour, el éxito y la alegría... Pero antes ponía claramente el nombre de la marca en algún sitio (con lo que sabías que era un anuncio) y ahora no sale nada en ninguna parte y los críos ni siquiera se plantean que sea publicidad (aunque sea descarada).
#29 ¿En vacaciones de quién? ¿Del servicio? Esta gente no sabe hacer la O con un canuto, o bien se llevan al servicio de vacaciones con ellos o bien tienen servicio de sustitución cuando el interno está de vacaciones.