El presidente Biden ha cedido ante la creciente presión para que abandone la carrera presidencial debido a preocupaciones generalizadas sobre su evidente deterioro neurológico, retirándose y respaldando a su clon ideológico exacto, Kamala Harris. Aparentemente, el consenso es que está demasiado demente para postularse para presidente, pero no demasiado para ser presidente durante los próximos seis meses.
Y diablos, cualquier hombre. Esto no significa nada y no cambia nada, aparte de disminuir en cierta medida la probabilidad de que un administrador del imperio republicano tome juramento en la Casa Blanca en enero. Kamala Harris se diferencia de Biden sólo en voz y apariencia, y ha sido una entusiasta partidaria de las atrocidades genocidas de Biden en Gaza durante los últimos nueve meses y medio.
Harris, suponiendo que gane la nominación, hará campaña con la promesa de continuar con la incineración de Gaza por parte de Biden, continuar con el apoyo “férreo” de Biden a Israel, continuar la guerra por poderes de Biden en Ucrania, continuar las escaladas de Biden contra Rusia y China, continuar con la expansión de Estados Unidos por parte de Biden. máquina de guerra, continuar con la facilitación del capitalismo ecocida por parte de Biden y continuar con las políticas deshumanizadoras de explotación mundial y extracción imperialista de Biden. Si ella llega a la Casa Blanca, la faz de la operación cambiará, pero la operación en sí, no.
Y lo mismo ocurrirá si Trump llega al poder. Cada pocos años, el imperio estadounidense celebra este pequeño y extraño festival en el que finge que el gobierno está cambiando de manos y ahora comenzará a operar de una manera significativamente diferente a como lo hacía antes. Pero luego continúa la explotación, continúa la injusticia, continúa el ecocidio, continúan las guerras, continúa el militarismo, continúa el imperialismo, continúa el adoctrinamiento propagandístico,
Amadeo de Saboya terminó también hasta la chirimoya de nuestra política. Carta en la que renunciaba a la corona:
" Si fueran extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles, todos invocan el dulce nombre de la Patria, todos pelean y se agitan por su bien; y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males."
El otro día me tocó explicarles a mis hijas el famoso dilema del documentalista de naturaleza...
El que lleva grabando a la família de antílopes un mes y luego graba cómo un león se come a la cría, sin poder actuar...
Al final, aunque sí que creo que en la naturaleza con ecosistemas ricos o climácicos, se tiende a un curioso equilibrio, y que creo que existe una especie de proto-ética natural, los análisis morales, tal y como los conocemos, son únicos del ser humano.
A mis hijas, tuve que explicarles que, en el ejercicio de la vida, el bien o el mal no existen en la naturaleza. Y que lo único que existe es lo conveniente e inconveniente.
Los seres humanos somos una especie muy curiosa y especial que, por diversas características como el nacimiento prematuro debido al bipedismo, o la enorme predominancia del tejido rugoso cerebral sobre otras partes del sistema nervioso central, ha resultado en que seamos el animal, que menos consciencia de especie tiene, al nacer.
Simplemente no sabemos lo que somos si no es por un aprendizaje social. Cosa que creo que no pasa en otras especies.
Es por eso que hemos acabado expresando en conceptos abstractos inventados, ciertas leyes naturales que son perfectamente claras para el resto de animales superiores.
Para poner en contexto:
- En 1992 el hotel entra dentro de los límites de dominio público al estar en la costa. Ya se pueden ir oliendo que algo va a pasar.
- En 2007 la cadena RIU entrega al estado el islote de Lobos a cambio de que les permiten explotar el hotel durante 30 años más (hasta 2037), como compensación por la futura pérdida. Esta concesión tiene unas cláusulas lógicas: solo permitidas obras de mantenimiento y reparación, prohibidas obras de ampliación, y toda obra, con permiso del ministerio.
- Durante esos años el hotel realizó por sus huevos distintas obras no permitidas: convirtió un solarium de la última planta en 4 habitaciones más, algo prohibido ya que amplía el volumen comercial del hotel, además, techó otras zonas, y mantenía en mal estando las bombas de depuración.
- El hotel fue inspeccionado y avisado de estas irregularidades, siendo multado y encomendándole subsanarlas.
- El hotel hace caso omiso a todo, pasa un kilo de todo y hace lo que le da la gana.
- El Ministerio considera que se han incumplido las cláusulas de la concesión, y por tanto queda suspendida
- Desde hace años el hotel usa a los trabajadores como escudo humano.
- A día de hoy, nos rebotan el problema como si fuera un problema político o social, cuando es un problema estrictamente empresarial, una empresa que no cumple los acuerdos que tiene y tiene que pagar las consecuencias.
- A día de hoy, prácticamente todos los partidos políticos (no sé ahora la postura de Podemos), defienden la permanencia del hotel, por tanto, defienden la ilegalidad.
He sido crítico con la comercialización de emisiones de CO2, donde unos venden derechos de emisiones y otros las compran, convirtiendo lo que debería ser una medida contra el cambio climático en un negocio de compra/venta más en mercados financieros.
Y era crítico porque las emisiones meramente cambiaban de manos, no se reducían.
Pero si a ese mercado se introduce la captura de CO2 la cosa puede cambiar sustancialmente. Si quienes venden derechos de emisión no son quienes no iban a usarlas sino quienes capturan ese CO2 esa medida sí puede ser efectiva para luchar contra el cambio climático.
Y lo más importante es que es una medida donde los incentivos sí están alineados con el sistema económico establecido. Y para mejorar ese sistema, para que pase de ser un sistema que busca la neutralidad en emisiones a una captura neta, meramente basta con establecer por ley que quienes capturan deban capturar ligeramente más de lo que venden, es decir, que por cada kg de emisión de CO2 que vendan deban demostrar haber capturado, por ejemplo, 1,2 kg de CO2. Para las empresas compradoras eso es transparente, simplemente les sale algo más caro pero están haciendo lo mismo que antes, comprar las emisiones que necesitan. Pero a nivel planetario es una forma efectiva y realista de reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera.
Son este tipo de medidas activas las que están alineadas con los incentivos y que son realistas viendo como la humanidad ha actuado hasta ahora. Las propuestas de que la gente deje de volar en aviones aún siendo teóricamente efectivas no lo son a nivel práctico, por no ser realistas.
El presidente Biden ha cedido ante la creciente presión para que abandone la carrera presidencial debido a preocupaciones generalizadas sobre su evidente deterioro neurológico, retirándose y respaldando a su clon ideológico exacto, Kamala Harris. Aparentemente, el consenso es que está demasiado demente para postularse para presidente, pero no demasiado para ser presidente durante los próximos seis meses.
Y diablos, cualquier hombre. Esto no significa nada y no cambia nada, aparte de disminuir en cierta medida la probabilidad de que un administrador del imperio republicano tome juramento en la Casa Blanca en enero. Kamala Harris se diferencia de Biden sólo en voz y apariencia, y ha sido una entusiasta partidaria de las atrocidades genocidas de Biden en Gaza durante los últimos nueve meses y medio.
Harris, suponiendo que gane la nominación, hará campaña con la promesa de continuar con la incineración de Gaza por parte de Biden, continuar con el apoyo “férreo” de Biden a Israel, continuar la guerra por poderes de Biden en Ucrania, continuar las escaladas de Biden contra Rusia y China, continuar con la expansión de Estados Unidos por parte de Biden. máquina de guerra, continuar con la facilitación del capitalismo ecocida por parte de Biden y continuar con las políticas deshumanizadoras de explotación mundial y extracción imperialista de Biden. Si ella llega a la Casa Blanca, la faz de la operación cambiará, pero la operación en sí, no.
Y lo mismo ocurrirá si Trump llega al poder. Cada pocos años, el imperio estadounidense celebra este pequeño y extraño festival en el que finge que el gobierno está cambiando de manos y ahora comenzará a operar de una manera significativamente diferente a como lo hacía antes. Pero luego continúa la explotación, continúa la injusticia, continúa el ecocidio, continúan las guerras, continúa el militarismo, continúa el imperialismo, continúa el adoctrinamiento propagandístico,
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