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y la respuesta siempre les flipa. "Mira, yo no soy comunista, no soy lo bastante buen tipo para serlo ni confío de verdad tanto en el género humano. En realidad, pienso que el populacho somos gilipollas, y que muchas veces tenemos lo que buscamos y nos merecemos, y eso no lo piensa un comunista, que cree en la naturaleza humana y su capacidad de evolucionar. Tengo amigos que si lo son, y los respeto infinito. Y todos están orgullosos. No como otros, que son fachas pero no se atreven a reconocerlo". 
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En el capítulo IV regula los traslados:
1. El traslado de cadáveres y restos humanos se realizará exclusivamente por las empresas funerarias autorizadas y en adecuadas condiciones higiénico sanitarias.
Bien, de acuerdo, lo han de hacer las empresas funerarias en condiciones adecuadas. Esto no implica que sea necesariamente un coche fúnebre.
Sigamos con el mismo capitulo a ver qué dice:
Artículo 20. ([12])
1. El traslado de cadáveres por carretera se efectuará en coches fúnebres o vehículos especialmente acondicionados [....]
Y aqui, cualquiera podría decir: bueno, entonces puede ser relativo: al final y al cabo, dependiendo de lo que se considere un cadaver....
Pero no, no es subjetivo. En el propio reglamento define qué es un cadaver y qué un resto humano:
TÍTULO PRIMERO, Artículo 2. Definiciones:
Cadáver: todo cuerpo humano durante los cinco primeros años siguientes a la muerte real. Esta se computará desde la fecha y hora que figure en la inscripción de defunción en el Registro Civil.
Restos humanos: partes del cuerpo humano de entidad suficiente procedentes de abortos, mutilaciones, operaciones quirúrgicas o autopsias.
Y este es el reglamento que han de cumplir. Enviar un coche fúnebre no es dictado por el reglamento, como he leído ya por ahí, ya que este distingue claramente las situaciones.
El tema de usar una ataúd de adulto, además, podría entrar en conflicto con que las condiciones sean adecuadas al traslado de dichos restos.
Como siempre, el reglamento está redactado de tal forma que deja resquicios que seguro que algún leguleyo de buena familia podría aprovechar para justificarlo, pero el espíritu de la norma parece que está claro.