De niños y jóvenes, sucede a menudo que no sabemos que somos felices cuando lo estamos siendo. Es una sensación que analizamos y valoramos en retrospectiva, sobre todo cuando ya han pasado muchos años.
Delibes decía que hay dos formas de madurar: aprendiendo a ser conscientes instantáneos de nuestra felicidad o aprendiendo a saber qué es lo que nos puede hacer infelices. Solemos escoger la segunda, porque tenemos más miedo al dolor que amor a la alegría.
Eso nos lleva a que, conforme nos vamos haciendo mayores, nos convirtamos en máquinas juiciosas y sensatas de recordar o de proyectar, más pendientes de aquello que hicimos o de lo que haremos, que de lo que podemos hacer ahora.
No hablo de ese "vivir el momento presente" del mindfulness, una pseudociencia peligrosa, cuya principal conclusión es que la causa subyacente de la insatisfacción y la angustia está en nuestra cabeza. No, no hablo de esa mierda magufa posmoderna. Sino de nuestra tendencia a vivir de momentos que ocurrieron y se quedaron para siempre, a volver a ellos de forma constante. Y de esa manía que nos lleva a volverlos a buscar en el futuro, sino idénticos, muy similares (algo muy común en las relaciones amorosas). Extrañamos, melancólicos, el pasado. Proyectamos, ansiosos, el mañana. El hoy se vuelve un fastidio.
Y no, no soy partidario de esa publicitaria idea del tempus fugit a la que se acogen muchas personas que confunden inmadurez y egoísmo con valentía y autenticidad. Hablo de algo más sencillo: de que no nos paramos a pensar qué es la felicidad o al menos, cuales son los caminos que nos llevan a ella.
Gramsci decía que uno de los pocos espacios de libertad que ha dejado el capitalismo al ser humano es su concepto de la felicidad. Una idea profundamente personal que debemos defender a capa y espada. Hoy en día, ese último reducto de libertad, de autenticidad, está siendo profundamente atacado por la sociedad de consumo. Vivimos en un estado narcótico, propiciado por la prisa de los días y el estrés. Creamos escenarios idílicos para que “la felicidad” llegue de forma rápida e instantánea, acotada por las vacaciones u ocasiones especiales, nos adaptamos o incluso deseamos entornos que no son dados, vendidos, impuestos sutilmente, pero que, realmente, no son nuestros.
Viajes que todo el mundo emprende, planes que todo el mundo hace, experiencias gastronómicas que todo el mundo prueba, películas que todo el mundo ve, celebraciones que todo el mundo festeja, parejas que todo el mundo escogería, canciones que todo el mundo bailaría. Hoy, todas las ideas de felicidad siempre acaban en una tienda.
Pero si me pongo a pensar en los momentos más felices de mi vida, ninguno cumple con esos estándares clásicos que todos conocemos. Fueron chispazos que llegaron de forma absurda, cuando menos me lo esperaba, en lugares que jamás podría imaginar. Y en cambio, no recuerdo la mayoría de esos instantes o hitos vitales en los que se suponía que debía ser más feliz. No recuerdo mi graduación, ni mi primer beso. Tampoco recuerdo bien la primera vez que vi el Caribe o que viajé en avión, ni el día que terminé mi carrera o mi primer polvo. No me he casado y tampoco quiero. Supongo que tener un hijo será maravilloso, pero creo que hay cosas muchísimo más hermosas y memorables que vivir con tu hijo que su nacimiento, o al menos eso espero.
Puedo llegar a entender que el momento más feliz de la vida de mucha gente sea su boda o su graduación. Pero creo que esa gente no está siendo sincera consigo misma. ¿De verdad puede ser una boda, estresante, preparada, estandarizada, más feliz que ese, tal vez, estúpido, inesperado y maravilloso momento en el que descubriste que era esa la persona con la que querías estar sin ningún género de duda?
Uno de los momentos más felices de mi vida ocurrió después de una catástrofe. Estaba con mis padres y mi hermana, viendo la tele en el salón. Una noche cualquiera. Días antes habíamos estado a punto de morir en un accidente de coche. Estábamos todos bien. Tranquilos. Recuerdo ese momento como una experiencia amniótica y vuelvo a ella muchas veces cuando estoy nervioso o no me van bien las cosas. Otro momento que recuerdo es de hace pocos años. Había muerto mi abuelo y de la tristeza inicial, pasamos a cierta alegría mientras lo recordábamos y luego a la risa. Fueron dos días maravillosos, cálidos. Incluso su entierro lo fue. Extrañamente reconfortante, pleno, sencillo, feliz. Dudo que haya alguien en mi familia, ni una sola persona, que pueda definir ese momento como uno de los más felices de su vida. La felicidad es extraña. Y en el momento que deje de ser extraña, en el momento en que tengamos que darle constantemente al botón de rebobinado o al de avance, es que hay algo que estamos haciendo mal.
Ayer, leí una frase maravillosa que la afición del Nápoles escribió en la tapia del cementerio de la ciudad cuando conseguía sus dos primeros títulos con Maradona en sus filas: “No sabéis lo que os estáis perdiendo” y la lúcida reflexión que el portero argentino Vivalda hizo sobre aquel pintoresco acto de vandalismo: “La felicidad puede ser o no ser. Puede ser mucha o ser poca. Eso, en realidad, no importa. Lo único que importa es que sea nuestra. El día que deje de serlo, será mejor dejarlo todo y decir adiós”.
Dudo que Vivalda leyese a Gramsci, lo que sí sé es que se tomó su reflexión al pie de la letra y dijo adiós en 1994 arrojándose a un tren en marcha en Mitre (Argentina), acuciado por un presente del que no era dueño, con graves problemas económicos y una fuerte depresión. En su casa, la policía encontró una escueta notita de despedida: “Fui feliz. Y tal vez lo podría ser algún día. Pero hace ya demasiado tiempo que la felicidad ha dejado de depender de mi y cada día presente es una tortura, así que lo mejor es irse. Adiós y lo siento”.
Comentarios
"Hay que darle un sentido a la vida, por el hecho mismo de que carece de sentido." (Henry Miller)
"El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única razón, en realidad. (Emil Cioran)
#8 Y supondiendo que no consigas lo que quieres puedes querer lo que consigas.
(NAGUIB MAHFUZ en "El Cairo nuevo")
#8 Cuando se vive una vida sin sentido se busca un sentido a la vida. Jiddu Krishnamurti.
La felicidad sólo se da cuando el yo no está presente. En el momento que el yo dice: que feliz soy, en ese momento cesa ese estado de felicidad porque ha dejado el presente para volver al pasado.
La felicidad solo se da en el presente y se vive de instante en instante
#8 El hecho de que la vida no tenga ningún sentido no es una razón para nada, o es una razón válida para lo que cada uno quiera, incluyendo hacer croquetas, suicidarse o inventar una religión basada en la pedofilia.
#0 Maravilloso texto, con multitud de ideas directamente aprovechables y otras para generar reflexiones interesantes, como se ve en los comentarios. Llevo varias horas dándole vueltas al tema y lo estoy disfrutando. Gracias.
Creo que hasta hace unos 150 años muy poca gente se interesaba por la felicidad; ya tenían bastante con ocuparse de sobrevivir o de mejorar un poquito sus condiciones de vida. Cuando hace 300 años alguien moría ¿quién preguntaba si había sido feliz? No existía esa frase estúpida de "murió haciendo lo que le gustaba". La frase era "murió", y punto. La felicidad es un concepto bastante reciente y solo tiene sentido cuando tienes resueltas las necesidades básicas. Todas las semanas hay pateras que llegan a España y sus ocupantes tampoco se interesan por la felicidad.
Quien viaja para escapar del trabajo o para huir del control horario solo demuestra que su vida (cotidiana) no le satisface. Pero no creo que la solución sea viajar o meditar, sino cambiar esta sociedad dirigida por unas élites extractivas que nos tienen machacados.
Apoyo la idea de que el mindfulness es una mafugada pantanosa y peligrosa, una mezcla entre religión postmoderna y psicoanálisis que parte de la base de que la infelicidad es un "cáncer" natural de los humanos y para evitar ese mal tenemos que hacer ejercicios espirituales que son una especie de evasión. El mindfulness le viene muy bien a esas élites que nos explotan, porque así nos ocupamos en "curarnos" y eso funciona como una cortina de humo para que no pensemos en hacer otra revolución con guillotinas.
Coincido bastante con #18 respecto a mi infancia, vivida en el franquismo y en un nivel de pobreza tal que los reyes magos nunca me traían lo que yo había pedidomi familia era un poco ignorante y no valoraba para nada la individualdiad o preferencias de un niño. Se parecía un poco a la esclavitud porque siempre me decían lo que tenía que hacer, cómo tenía que vestir, lo que tenía que comer, nunca hubo posibilidad de elegir alguna de esas cosas. Viví verdadero bullyng, pero procedente en gran parte de los curas, maestros y profesores (colegio religioso) que se empeñaban mucho en hacerme sentir culpable por no ser como "Marcelino pan y vino". Mi infancia estuvo preñada de impotencia, frustraciones, vergüenzas, miedos y complejos por no estar a la altura que se esperaba de mí. Los momentos de liberación o felicidad fueron muy puntuales y nunca con adultos presentes.
Hace varios años yo me consideraba una persona muy feliz, con un buen trabajo y una buena familia. Pero ocurrieron algunos desastres de tipo familiar y social. Acabé con una buena depresión, y no me sirvieron de nada los psicólogos ni los psiquiatras. Lo he superado medianamente gracias al propio esfuerzo y trabajo personal, y a quitarle importancia a la felicidad: he comprobado que si pongo interés en buscar la felicidad o en pensar en ella... acabo sintiéndome más infeliz; así que he decidido no preocuparme, no pensar en ello, y creo que eso también me ayuda a sentirme mejor.
La humanidad lleva cincomil años tratando de tener casas más confortables y trabajos menos peligrosos. Recién hemos conseguido esos objetivos y resulta que se pone de moda el camping y los deportes de riesgo. En general, somos bastante gilipollas.
#8 maravillosas frases, aunque comienzo a pensar, y cada día que pasa más, que eso de "darle un sentido a la vida" no es más que una autoimposición cultural utilitarista que nos suele hacer más desgraciados que felices.
#0 Ya me gustaría tener la mitad de tu elocuencia o cultura, es un puto goce leer lo que has escrito.
Ahora bien, tengo cosas que comentar. No sé si conoces el concepto de la asimetría hedónica. Sabemos lo justo sobre cómo funcionan las emociones, pero una cuestión más o menos aceptada, tristemente, es que las emociones negativas duran más y tienen más fuerza. Esto tuvo un sentido evolutivo ya que la alegría -y la felicidad, aunque hay matices grandes- se relacionan con la conformidad a una situación, pero lo que nos mantiene vivos es adaptarnos, y el miedo, la ira, más o menos la tristeza, la sorpresa y el asco son llamadas a la acción, nos lanzan en direcciones concretas después de una evaluación mucho más exhaustiva de lo que parece, hacen que luchemos o cambiemos, y nos mantienen a la altura de lo que vivimos.
Por otro lado. Por cómo funciona nuestra memoria y funcionamos nosotros, solemos identificar cómo nos hizo sentir algo en base a cómo nos sentimos ahora hacia ello, no a cómo nos hizo sentir. Aunque nuestra infancia fuese una mierda, aunque no sintiésemos ni una brizna de alegría, si nuestra vida es ahora peor aún podemos pensar que fue un período feliz.
También, por cómo funciona el mundo, la felicidad es frágil. Yo recuerdo cuando terminé de estudiar y empecé a poder trabajar de forma estable en mi campo. Pensaba, hey, al fin soy científico, me dedico a lo que quiero, he terminado todos los requisitos de la vida que quiero vivir, he pasado de largo el período horrible que vino antes, tengo a gente que me rodea que hace que todo esto valga la pena. Y, durante un tiempo, me dormía sonriendo y en paz. Si algo he conocido que sea felicidad es eso. Todo eso se acaba gastando. Aquí hemos venido, mayormente, a sufrir, y no hay plazo que no llegue ni deuda que no se pague.
En fin.
Pasa un muy buen día.
#19 Totalmente de acuerdo con lo que dices. Tendemos a creer que otros son felices si tienen algo que a nosotros nos falta ahora. Si por ejemplo estamos pasando estrecheces económicas y vemos pasar un Ferrari, pensamos: "qué feliz será esa persona porque tiene dinero". Sin embargo, esa persona puede ser tan infeliz como nosotros, porque a lo mejor a pesar de ser rico tiene mala salud o su pareja le ha abandonado. Lo más curioso de esto es que lo hacemos con nosotros mismos, pensamos: "qué feliz era de niño, porque tenía mucho tiempo libre", porque tiempo es lo que nos falta ahora. O "qué feliz fui de adolescente porque tenía muchos amigos", porque nos sentimos solos. Olvidamos que en aquellos tiempos pasados teníamos otras preocupaciones que ahora nos parecen nimias. Si no somos capaces de empatizar con nosotros mismos, cómo vamos a hacerlo con los demás.
#19 No sé si conoces el concepto de la asimetría hedónica. Sabemos lo justo sobre cómo funcionan las emociones, pero una cuestión más o menos aceptada, tristemente, es que las emociones negativas duran más y tienen más fuerza.
Pues yo tengo que ser disfuncional, y mira que a lo largo de mi vida me han pasado cosas bastante chungas, pero tengo la habilidad o el instinto de saber minimizar y dejar de sentir las emociones negativas y sustituirlas por las positivas. Igual eso se va acumulando en algún lado y un día estallo y salto por un acantilado, pero si tuviera que definir mi estado diría que estoy de pm.
#35 Hay un componente cognitivo importante a la hora de los procesos de evaluación emocional. Cómo eres, la historia de tu vida, tus principios, la gente de la que te rodeas, influyen en que vayas a manifestar tus emociones de una u otra forma. Además, hay gente, como pareces ser tú, con estrategias de afrontamiento no disfurncionales. Ten en cuenta que todo nuestro andamiaje psiconeuroendocrino es un vestigio de nuestro período de supervivencia contra la naturaleza. Ahora mismo, de base, todos somos disfuncionales, porque nuestra estructura psicológica no ha tenido tiempo de evolucionar al ritmo de la era moderna y tenemos las necesidades y los déficits de un ser hecho para luchar por su vida. Tú eres el funcional. Los demás tenemos "lag evolutivo" como se le lleva llamando un tiempo.
#19 interesantísimo lo que me comentas de la asimetría hedónica. Investigaré un poco sobre ella, aunque puedo asegurarte a personas que son capaces de centrarse en el presente (que no en el ahora) y realizar una retrospectiva más objetiva (Me gusta mucho esto que comentas: " Por cómo funciona nuestra memoria y funcionamos nosotros, solemos identificar cómo nos hizo sentir algo en base a cómo nos sentimos ahora hacia ello, no a cómo nos hizo sentir.")
Y sí, la felicidad es frágil y rara. Eso es lo que la hace tan valiosa. Lo jodido es cuando empieza a venderse como un sucedáneo estandarizado para todos.
Gracias por leerme, pero mucho más por ese comentario. Me ha dado varias ideas.
El texto está muy bien pero llamar al Mindfulness "mierda magufa" demuestra o tener mucha ignorancia al respecto y hablar de oídas de él o que lo hayas practicado con un cantamañanas (Que han salido muchos debajo de las piedras así como "coach" de la vida).
Te recomiendo que indagues más al respecto ya que ni por asomo te está forzando a ser feliz ni mierdas parecidas.
#14 Cierto, denota poca sapienza al respecto. Además, muchas de las cosas que comentas ya las dice el mindfulness...
#17 "sapienza"
#33 empezar con un denota y acabar con un sapienza es autopista para las collejas
#14 Yo también opino que está equivocado con respecto al mindfullness (aunque yo prefiero no usar ese término), pero también es cierto que hay mucho magufo, timador y aprovechado que lo usan en beneficio propio.
#34 #14 1 de cada 4 personas sufren efectos adversos practicando el mindfulness. De cualquier modo, no quiero convertir esto en un debate sobre el mindfulness, si a vosotros os va bien, genial.
https://elpais.com/elpais/2018/03/27/buenavida/1522147672_500704.html
#48 Pues no tenía ni idea de que hubiese casos así. Gracias por la información, la tendré en cuenta.
Habrá que informarse más, pero a priori diría que esos casos de efectos adversos podrían ser de práctica sin control y/o formación adecuadas. Supongo que es como si me pongo a hacer fitness o pesas por mi cuenta y riesgo, que por muy saludable que sea me puedo hacer daño.
Por mi parte, no es que lo practique mucho (poca autodisciplina), pero me ha ayudado bastante a controlar cuadros de ansiedad.
Yo aprendí en un seminario gratuito que se imparte desde una organización sin ánimo de lucro basada en la tradición budista. No es que esté interesado en la parte mitológica del budismo, pero siempre he dicho que sobre un tema es mejor aprender de los expertos, y en temas de meditación creo que son los que más saben.
(P.D: Y por cierto, me ha gustado mucho tu artículo.)
#48 primero, felicitarte por el texto, está muy bien. Pero tengo que estar de acuerdo con los demás en cuanto al mindfulness. Pese a que odie el término por ser simplemente un concepto para 're-vender' la meditación, lo cierto es que la meditación no es para nada magufa, tiene sus efectos más que probados para, por ejemplo, reducir stress. Si se cuelan charlatanes? Por supuesto, como en nutrición y eso no quiere de ir que todos los nutricionistas sean magufos.
Y en general eso que dices que la base del mindfulness es que la angustia está en tu cabeza, con perdón, es no saber bien de qué va. De hecho uno de los libros basicos del "revival" de la meditación como mindfulness como wherever you go there you are de jon kabat-zinn, dice precisamente que no elimina tristeza ni angustia ni depresión muy claramente, te invito a leerlo, pese a que si que tiene mucha historia en plan trascendental, al final te ayuda a seguir un método que tiene muchos beneficios, simplemente por respirar, concentrarte en algo y dejar descansar a tu cerebro
#14 Hay que distinguir. El mindfulness, puedo decirte, tiene cierto rango de aceptación dentro de la comunidad científica, pero entra mucha, mucha, mucha, mucha, mucha, mucha, mucha, mucha, mucha patraña dentro de lo que es el mindfulness, suele enseñarlo gente que no tiene ninguna, ninguna, ninguna, ninguna idea de psicología que lo ha aprendido de alguien con aún menos idea y suele combinarlo en un superpack de cosas que le ha enseñado su instructor de yoga dentro de las cuales entran el reiki y diversas pseudoterapias hechas por ladrones que te cobrarían más por una sesión que un terapeuta formado.
#54 Te doy toda la razón. Hay mucho "experto" en Mindfulness con 4 tutoriales leídos y 2 videos vistos a sus espaldas. Y mal aplicado puede producir efectos adversos en los que lo practican (o no valer de nada)
#14 Todos los magufos dicen lo mismo, que su pseudociencia "no es lo mismo"
#86 Mindfulness no es una ciencia ni pretende serlo. Además yo no vengo aquí con mi libro a evangelizar a nadie porque trabajo en algo diametralmente opuesto a todo esto y soy muy escéptico con todo en general (Ni creo en Dios ni en el alma ni en el mas allá ni nada por el estilo).
Pero conozco a gente que está muy instruida en esto, lo he practicado con ellos y me ha venido muy bien y he visto como le ha venido muy bien a otros que conozco. De ahí a decir que es la puta panacea del siglo pues no. Pero puede ser un plus para mejorar tu calidad de vida, como el comer mejor, hacer más deporte etc..
Insisto en lo de practicarlo con gente realmente instruida en esto (hay certificaciones bastante exigentes que no son un cursito online de Groupon).
Me recuerda un poco al final de la película "El pez gordo", ciertamente la mayoría de las veces no nos damos cuenta de que somos felices, o quizás el tiempo pone un filtro que elimina el estrés y el tedio de la rutina, que son los que a la postre no nos lo dejan ver. Creo que todos tenemos esos momentos, cuando volvemos a ver viejas fotografías (en papel, ojo), o cuando rememoramos cosas con los amigos y prometemos volver a ese lugar, aunque yo soy de la opinión de Sabina, que al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver. Como también dicen en el mindfullnes, no hay que vivir mirando al retrovisor, y desde luego menos obsesionados con el futuro, supongo que encontrar el punto es encontrar la madurez, como explicaba Delibes con gran acierto.
#3 Escuché en un podcast en abril al que hablaba decir: Cuando escucho como habla la gente de su vida hace dos meses pienso, "vaya, resulta que éramos felices y no nos habíamos dado cuenta"
Pues yo llevo leyendo desde hace algunas semanas en Meneame estas cosas acerca de que la felicidad nunca es ahora y, sinceramente, no lo entiendo. No entiendo cómo le puede suceder a personas inteligentes, formadas y, hasta cierto punto, no dependientes. Está claro que la alienación del sistema capitalista puede infundir esa sensación de estar siempre persiguiendo una zanahoria de felicidad que nunca se puede alcanzar, pero para eso están los recursos intelectuales que nos permiten crear capas de abstracción y autoconocimiento para evitar estar siempre buscando adelante o atrás de nuestro presente el momento de la felicidad.
Yo lo digo abiertamente: soy feliz, muy feliz. Mis circunstancias son buenas, pero ni mejores ni peores que las de la mayoría de mis conciudadanos. Sé que con ciertas circunstancias peores mi felicidad se resentiría, que la felicidad depende mucho de las condiciones materiales y, vale aceptemoslo, de las intelectuales. Pero una vez salvados los primeros escalones de la Piramide de Maslow, no puedo comprender esa melancolía eterna ni ese ambicioso anhelo por encontrar la felicidad dónde no está. La felicidad sólo puede estar en el ahora, porque la felicidad está en nuestra cabeza.
En cualquier caso, lo que sí que no me veo reflejado con #0, #3, #9 y muchos otros que comentan es con esos momentos de máxima felicidad realizando actividades más bien pasivas. Son momentos de tranquilidad, de seguridad, de sentirse a cobijo... Supongo que es una necesidad primaria del ser humano y quizás ese tipo de felicidad venga de un atavismo ancestral por una carencia no resuelta. No sé, pero sin duda mis momentos más felices siempre fueron de momentos de mucha acción: una manifestación, un viaje (muy de acuerdo con #12), un concierto... Y no creo que el eje sea consumir o no, sino realizarse: necesitas que aquello que haces te llene como persona para que te haga feliz. Trabajar como un zombi jamás te hará feliz. Memorizar la lista de los reyes Godos jamás te hará feliz. Pero el día de tu boda -a mí no-, pero entiendo que haya gente a la que le pueda hacer feliz en tanto en cuanto su vida está tan vacía que necesitan llenarla con el (falso) reconocimiento social.
En cualquier caso, yo ya pasé la fase del tempus fugit y estoy más por el memento mori.
#73 En ningún momento he hablado de actividades pasivas, o no creo que noches de fiesta, viajes de amigos, conciertos (platero p.ejm), las primeras escaladas, las carreras ... lo sean. Hablo mas bien de que es un tema de perspectiva. Cuando ocurrían esas cosas unos estábamos preocupados por nuestros primeros trabajos, por los exámenes y por mil historias, y ninguno sabíamos que aquella persona que acabamos de conocer sería después tan importante, que ese trabajo de temporada después traería mas responsabilidades y otras muchas cosas, lo disfrutábamos y punto y sobrellevábamos los problemas como podíamos, pero sin apenas parar a reflexionar, del mismo modo que hacemos ahora mismo, el tiempo impone un filtro y parte de la felicidad tiene un componente retrospectivo.
Quizás con el tiempo nos acostumbramos a quedarnos en nuestra zona de confort, y perdemos la emoción de las primeras veces, de los retos, de aprender, y si eso pasa es normal que volver la vista atrás sea mas placentero, pero el presente es el único lugar para hacer algo y crear nuevos recuerdos, los días de estirar las noches ya han quedado atrás, pero después de esos llegan otros, y después otros, y si no aprendemos eso estamos condenados a ser unos eternos amargados.
#81 Supongo que malinterpreté tu comentario. En todo caso, lo que sigo sin ver es esa relación felicidad-distancia que muchos establecéis. El psicología social u otros campos dónde se estudie la felicidad seguro que han planteado multitud de estudios científicos al respecto. En medicina existe una una escala del dolor que, curiosamente, funciona: tu a un paciente le preguntas "del 1 al 10 cuanto te duele" y aciertan. Lo cual puede ser sorprendente, porque ¿cual es la escala que utilizas para saberlo? Pues imagino que algo similar ocurrirá en cuanto a la felicidad. Se me ha ocurrido un posible estudio: preguntar a una serie de parejas recién casadas cual es su grado de felicidad el día o los días inmediatamente posteriores a su boda y compararlo con parejas que se hubieran casado hace 10 o 20 años (y quien dice "día de su boda" dice "día del nacimiento de su primer hijo" o cualquier otro acontecimiento de los que nombra #0 como habituales generadores de melancolía de la felicidad).
Mi hipótesis es que la felicidad percibida (el numerito del 1 al 10 promedio que dirá la gente) en el momento del acontecimiento es más o menos el mismo que 10 o 20 años después.
Lo que digo es que si tu fuiste feliz con tus amigos hace 15 años y ahora lo recuerdas como un momento top, no es que no te estuvieras dando cuenta de que era uno de los momentos más felices de tu vida. Seguro que te dabas cuenta, pero no le dabas importancia, quizás porque pensabas que eso pasaría muchas más veces a lo largo de tu vida. Luego, 15 años después, lo recuerdas y dices "joder, qué feliz fui aquél día" porque tienes mucha más perspectiva y sabes que momentos así no hay tantos en la vida. No sé si me he explicado, pero el asunto es que niego (a no ser que la ciencia me desmienta ) que se trate de que no te das cuenta cuando eres feliz, sino que no te das cuenta que estás en un máximo local (o global) de tu curva de la felicidad.
#90 entiendo tu comentario, pero al final el resultado es el mismo!
#91 Creo que no porque no es lo mismo no darse cuenta que eres feliz que no darse cuenta que estás en uno de los momentos más altos de tu felicidad. Es decir, que sí eres consciente de que eres feliz y por tanto invalida el argumento de tu primera frase: "sucede a menudo que no sabemos que somos felices cuando lo estamos siendo". Sí sabemos que estamos siendo felices. Quizás no sabemos que estamos siendo mucho más felices de lo que lo seremos en la mayoría de los puntos futuros, pero sí lo sabemos.
¿A pero que hay gente que de niño y adolescente ha sido feliz?
Virgen santísima. Si para mi fueron los peores años. Una familia disfuncional, una impotencia de no poder valerme por mí mismo, unas presiones sociales y un bullying aterradores...
No fue hasta que pude empezar a currar e independizarme cuando pude empezar a buscar la felicidad.
Pero el texto está muy bien, gracias por compartirlo.
#18 A mí lo que me deprime es que teniendo en cuenta lo que vino después, esas fueron las mejores épocas de mi vida... al menos en aquella época tenía esperanzas de futuro, ya no
#18 No eres un caso aislado. Para nada. Yo guardo recuerdos tan terribles de mis años pre-profesionales que me he propuesto conseguir que mi hijo no tenga que llevar la misma vida, y lo estoy consiguiendo mientras veo a sus amigos crecer en hogares rotos, pasando privaciones y presiones insoportables... Los hay que nacen estrellas pero muchos nacemos estrellados.
En lineas generales no estoy de acuerdo. Muchos de mis momentos más felices han sido viajando y gastando el dinero que en ocasiones a duras penas tenía.
Pero cada uno tiene una opinión diferente, sin más.
Realmente escribia para decir que el nacimiento de un hijo no es el momento más feliz de nadie. O al menos de nadie que yo conozca. También reconozco que, hablándolo con amigos, acabamos reconociendo que durante los primeros días ni siquiera sientes especial apego por el niño si es el primero. Ni siquiera entiendes bien qué está pasando.
La felicidad que te da el niño viene después. O al menos en los casos que yo conozco. Dentro de unos minutos mi hijo se despertará, iré a la cuna a cogerlo y se pondrá de pie diciendo "papá, papá". Si no es el momento más feliz de mi vida es porque tendré más o menos diez momentos así durante el día y simplemente los disfrutas, no los clasificas.
Por lo demás, aunque no esté de acuerdo en lineas generales, gracias por el artículo. Me ha gustado.
Me sumo a #13. Y leyendo me ha venido a la mente el recuerdo de dos de los momentos más felices de los últimos años y, como dices, ninguno fue consumiendo, sino haciendo cosas sencillas: uno paseando, otro conduciendo, escuchando una canción y siendo realmente consciente de que era feliz en esos momentos. De esto que se te saltan las lágrimas porque así, sin más, te das cuenta de que ese momento “nada especial” lo tiene todo, todo está bien. Para mí esa es la idea de la felicidad: dejar de esperar a tener más, a estar en otra parte y en otro momento y darte cuenta de que en ese preciso momento, en ese preciso lugar y haciendo lo que estás haciendo, con toda su sencillez, todo está bien y el mundo gira ☺ ️
El capitalismo nos ha metido muy bien en la cabeza eso de querer siempre más, cosas más grandes e ideas (como muy bien dices) como que el día más feliz de tu vida será tu boda (esto tb lo hace el concepto del amor romántico patriarcal; normalmente esto lo piensan más las mujeres). Y esa idea sólo te puede traer infelicidad y frustración por no tener aquello que crees que anhelas.
Como dice #12 yo también he sido muy feliz (y espero seguir siéndolo) viajando, también ahí encuentro muy buenos momentos, pero he reflexionado mucho sobre ello y, en lo que a mí respecta al menos, creo que en esa felicidad subyace la causa verdadera de la misma, que no es tanto el viaje, sino la LIBERTAD. Cuando viajo me siento libre, porque no estoy pendiente de una agenda ni de un reloj. Seguramente podría ser de feliz si en mi lugar tampoco tuviese que estar pendiente de eso. Aunque no niego que estar lejos ayuda 😊
Muy bonito texto y más bonito aún que sea lo primero que leo al despertar. Gracias 🙏
#16 Cien positivos te daría por esa reflexión sobre la felicidad que nos da viajar, no tanto por el viaje sino por la libertad. Mi último viaje con mi mujer ha sido a Soria (fíjate tú qué exótico). Y lo disfruté tanto como Florencia o Londres, porque también en Soria fuimos libres para explorar y dueños de nuestro tiempo.
#20 eso es! 😉
#16 #30 Igual lo que os da la felicidad no es viajar, sino no estar en la rutina del trabajo. Ya no el trabajo en sí, sino en la estructura diaria: madrugar, el trayecto hasta el trabajo, las tareas que hagas... y lo cansado que estés cuando hayas acabado para tener ganas o poder disfrutar de lo que sea.
#42 estoy de acuerdo, pero el hecho de estar en otro lugar también influye. Es decir, que las vacaciones “en casa”, yo al menos, no las disfruto tanto, porque al final también hay obligaciones. Pero sí, es mezcla de todo: sin obligaciones, sin horarios y sin rutinas.
#16 Me considero muy afortunado, tengo la suerte de poder disfrutar de breves momentos así una ya hasta dos veces por semana. Casualmente (o más bien gracias a ello) siempre hay música implicada. Tumbado de noche en el cesped de un jardín viendo el cielo, paseado con el perro por el campo viendo el paisaje o algún animal haccer su vida. Recargan las pilas
#83 qué bien suena eso...
#12 Estoy de acuerdo contigo en el tema de los viajes, pero no en el de los hijos. Hace unos meses que he sido padre por primera vez y para mí el nacimiento fue un momento de gran felicidad. Que ojo, no digo que tenga que ser igual para todos, simplemente es mi experiencia.
Por supuesto que luego he tenido (y tengo) muchos otros momentos: cada vez que se despierta y sonríe al verme o cuando suelta sus parrafadas en protolenguaje de bebé...
Carpe diem
#39 Ah bueno, es que el mío era muy feo
#77
A mí menos mal que me avisaron antes que todos los bebés nacen morados, que si no me da un parraque allí mismo.
#12 Estoy de acuerdo. Yo disfruté mucho más el nacimiento de mi segundo hijo por el hecho de saber de antemano lo que conlleva después, no por el momento del nacimiento en sí.
#0 Siempre es un gusto leer tus textos, gracias
#13 #10 joder, muchas gracias
Muy agradable de leer y luego que cada cual, interprete su felicidad.
Me ha gustado el texto.
Creo que hay un error ,cuando escribes dudo que Larroque leyese a Gramsci ,Larroque deberia ser Vivalda no ?
#1 efectivamente. Corrijo, muchas gracias por leerlo
#0 Gracias por el texto. Voy a estar todo el día reflexionando sobre ello.
Un abrazo.
#0 un muy bien artículo aunque reconozco que el parrafo "No hablo de ese "vivir el momento presente" del mindfulness, una pseudociencia peligrosa, cuya principal conclusión es que la causa subyacente de la insatisfacción y la angustia está en nuestra cabeza. " me chirria un poco.
En los últimos años yo me he dado cuenta que la insatisfacción y angustia si está en mi cabeza pero es provocada por la herencia familiar. Vengo de una gran famila donde lo normal es casarse, tener un trabajo estable, comprar un piso, tener hijos... y sobre todo mostrar una buena imagen de cara a los demás, vamos que prácticamente me han dicho lo que tengo que hacer desde pequeño (Y me imagino que como yo habrá unos cuantos) y el hecho de no encontrar el amor de mi vida me ha provocado insatisfacción porque yo pensaba que era el rarito de la familia por no tener una forma de vida como me habían enseñado. Con el paso del tiempo sin embargo me he dado cuenta que realmente si estoy como estoy es porque yo quiero estar así y lo he aceptado tal cual (Y lo más importante, me da igual lo que piensen los demás). Por eso te digo que si que creo que la insatifacción y angustia está en nuestra cabeza.
Respecto a vivir el momento presente, también estoy de acuerdo con esa frase. Tras perder a un compañero de curro por un ICTUS sin que hubiera llegado a los 40 y a una conocida que iba paseando por la calle y en un instante dejo de existir por que tuvo la mala suerte de estar debajo de una cornisa que se desprendió en parte, me he dado cuenta que la única certeza que tenemos es que hoy estamos aquí. Siempre he sido previsor pero desde estos dos hechos que os he contado he optado por saborear más la vida no sea que mañana no despierte.
Lo cierto es que en el conductismo el refuerzo positivo es mucho más fuerte que el refuerzo negativo, así que realmente aprendemos más y mejor de lo que nos hace felices que de lo que tenemos miedo...
Pero aún siendo errónea, la reflexión sigue siendo bonita
#4 entiendo tu punto, pero si te soy sincero no he tratado de crear dogma. Tan solo expresar mi modo de verlo
#5 Ni siquiera tu lo ves así. Lo has escrito por qué te gusta llamar la atención, y el drama hace que la gente te cuide más. Nadie puede vivir como tú dices, la gente que ves que lo hace, es por qué funciona para que te traten mejor, el drama de las mujeres tiene que ver exactamente con esto, ellas son más felices de lo que aparentan pero el drama les ayuda.
#15 una de las cosas que más me fascinan de la humanidad, es la capacidad de algunas personas de afirmar, sin género de duda, como se sienten los demás o como piensan los demás.
#31 sí, es lo que lleva haciendo la literatura desde que existe la escritura. Se llama el "nosotros" retórico y se utiliza para evitar el uso del yo y darle un cariz más inclusivo a lo que se plantea, sin intención de crear dogma o norma. Otra cosa es que otros se tomen lo que leen al pie de la letra.
Go to #5 y así te queda más claro. Buenos días.
#52 No entiendo tu respuesta, la mía iba en relación a que #15 se cree con la capacidad mental de decirte a ti lo que piensas, porqué lo has hecho y de que color es la ropa que llevas.
#61 pues no te he entendido en absoluto. Mea culpa y vayan mis disculpas por delante.
#61 Ah claro todos lo estáis haciendo, pero tú hablas solo de #15
#31 Lo que acabas de hacer tú.
#67 claro colega. claaaaro
#15 gracias por el consejo, Bertín.
#15 Es duro lo que dices y meter a la mujer en términos generales que es nada menos que el 50% de la población a grosso modo no ayuda a que alguien te pueda considerar. Sin embargo es posible que lleves razón en algo. Hay más de drama en la mayoría de las cuestiones que expresamos que de realidad.
#62 Es solo una percepción.
#5
A mi me ha gustado mucho
Me recuerda a mi paradoja de "El resfriado recién curado". No falla, siempre pasa, vives tu vida a todo trapo, llevado por la inercia, un día te pones malo y estás reventado, te tiras días jodido sin dormir, sin respirar, con malestar y de repente, un día te levantas bien, te asomas a la ventana y haga el día que haga, te gusta, te sientes poderoso, eres feliz con todo lo que te rodea porque joder, estás bien y los tuyos están bien... paradójicamente esa sensación te dura muy poco y se olvida antes todavía.
Interesantes texto, muchas gracias por compartir con nostros.
Tu reflexión me ha desintoxicado de toda la basura que estamos padeciendo.
#41 y a mi el escribirla. Un poco
Buen texto y excelentes comentarios. Gracias a todos!
Para mi la felicidad tiene algo que ver con el conformismo. Evitar los anhelos que a menudo son artificiales o impuestos y aceptar tu realidad. En la realidad diaria hay muchas cosas que te pueden traer pizcas de felicidad incluyendo algo tan ingrato cómo lavar los platos
Está muy bien tu reflexión, pero ¡sal de mi cerebro!
#0 Pues me ha encantado el texto, me ha hecho confirmar de forma consciente algo con lo que estaba de acuerdo de forma inconsciente desde hace tiempo. Gracias!
Precisamente creo que arañas una forma fácil de conseguir felicidad a kilotones: Pasar una época o experiencia mala, intensa, estresante, agobiante, terrorífica, apocalíptica, etc. y luego experimentar la calma después de su fin.
Ésto se aplica a muchas cosas, como al momento de sofá tras un accidente. Pero también a viajes, siempre y cuando no supongan una fuente de estrés, porque hay que reconocer que no todos llevan bien el estar en un entorno desconocido donde no se habla su lengua y todo es ligera o profundamente diferente.
En definitiva se podría decir que el capitalismo da muchos momentos de efímera felicidad, porque te aprieta los huevos con estrés y ansiedad y luego te los suelta en dichos períodos vacacionales.
#0 Es un gustazo leerte siempre, no dejes de escribir por aquí. Muchas gracias.
#92 es un placer escribir en general, aunque lo hago mal y atropelladamente, pero gracias, de verdad
El deseo mata la felicidad.
No se reconocer la felicidad, no tengo esos recuerdos felices ni anhelo conseguir otros. La felicidad consumista esta vetada por mis escasos recursos y la personal se resume en acallar mis demonios a base de psicofarmacos. Al acostarme cada noche con mis perros se dibuja una leve sonrisa en mi rostro, quizás sea esa mi felicidad.
Yo también fui feliz en el velatorio de mi madre. Estaba feliz por ella.
#9 Yo recientemente falleció mi padre de un cáncer. Y le dije con alegría lo que lo quería y lo orgulloso que estaba de el.
Se fue con una paz y un descanso que incluso me lo transmitió a mí.
Y yo me quedé con eso, podrás tener una vida mejor o peor pero al final lo importante es tener la conciencia tranquila de haber sido y haber hecho lo mejor para tus amistades, familiares, etc. Eso para mí es la felicidad.
Pero el texto está muy bien, pero no estoy de acuerdo en tu crítica hacia el mindfulness. No es una pseudociencia como pueda ser la homeopatía, está más cercano a una terapia psicológica. Es la clave de mucha gente para dejar a un lado la ansiedad, son prácticas sencillas que te ayudan a vivir más relajado y disfrutar el ahora. Van de frente con lo que te ofrecen, y no intentan venderte curas milagrosas a precio de oro, por lo que meterlo en el "magufismo" lo veo injusto.
Independientemente a lo que ya se ha comentado del Mindfulness y que me parece que los ejemplos que se dan sugieren esos momentos “plenos”...y opino que visto desde ahí, la causa subyacente de la felicidad y la angustia si está en gran medida en nuestra cabeza. Las expectativas, estándares, procesos de pensamiento, juicios, sistemas de creencias, valores, el auto-concepto...
El pack felicidad vital, que no es otra cosa que sacarte las perrillas y buscar el reconocimiento ajeno. El "que bien te va" sabiendo cero de la vida de esa persona, tan solo su coche casa y su red social.
Todo va muy deprisa, sin espacio para la reflexion sosegada que surge a veces de la mente en blanco tan necesaria.
Comparto con ud el momento de union y risas tras el entierro de mi abuelo comiendo en su sitio favorito, ahi aprendí que se puede celebrar la vida en malos momentos.
¡Disfruten de disfrutar! Sea lo que sea
Ser feliz es estar en un estado que te impide ser consciente de que eres feliz. Es como estar dormido, donde no tienes manera de saber que estas dormido.
Simplemente por el hecho de ser lo suficientemente consciente para preguntarte ¿soy feliz?¿estoy dormido?, la respuesta automática es que no. Quizá puedas parar en medio de un periodo de felicidad y reflexionar, pero en ese justo momento no serás feliz.
Otra manera de definirlo, es como un dolor en el cuerpo. La felicidad es como una ausencia de dolor que te hace no acordarte de una parte concreta de tu cuerpo. ¿vas andando y estás pensando en, por ejemplo, tu codo si no tienes ningun dolor o molestia?
En mi opinión, el primer requisito de ser feliz es no ser consciente de ello.
no recuerdo la mayoría de esos instantes o hitos vitales en los que se suponía que debía ser más feliz. No recuerdo mi graduación, ni mi primer beso. Tampoco recuerdo bien la primera vez que vi el Caribe o que viajé en avión, ni el día que terminé mi carrera o mi primer polvo
Yo recuerdo todo eso aunque no son recuerdos que retome a menudo aún habiendo sido muy felices.
Para mi ser feliz es una actitud no una consecuencia, una decisión que tomo a diario. Soy yo quien decido, mi actitud es la única libertad que nadie nunca me podrá quitar.
Me siento muy identificado con lo de rebuscar en el pasado momentos felices, es como si ya no vuelva a tener más, mi vida es muy introspectiva. Ayer busqué ofertas en el día de soltero y puede que después de escribir esto vea un blog de chollos para contentarme. Todo se va reduciendo a eso, que triste.
Dices algunas cosas interesantes, pero decir que el mindfulness es "una pseudociencia peligrosa" y "una mierda posmoderna", cuando liego citas además muchas cosas que dice el propio mindfulness, es demostrar dogmatismo, poca rigurosidad e ignorancia.
Lástima.
La felicidad se coló en meneame por una rendija y apareció este maravilloso post.
Yo soy feliz solo en las "cuesta abajo", en las "cuesta arriba" no me dan las fuerzas.
Enciendo que tú afán es interesante de recalcar que los pequeños momentos de la vida es lo más importante pero no me jodas que no te acuerdas de tu primer beso o tu primer polvo.
Me ha encantado tu artículo. Escribes muy bien, es sencillo de leer y las ideas están claras. Debería releerlo de vez en cuando porque en poco espacio recuerdas lo que es importante y que deberíamos recordar cada día al levantarnos de la cama.
Sí, los consejos de #IanCutris no son nada nuevos. Pero IanCutris no trata de colar sus consejos de sentido común como una especie de ciencia que nos hará ser más felices.
ibas de puta madre hasta que empezaste a hablar de mindfulness
La felicidad es un timo, algo inalcanzable cuya búsqueda causa más desgracias que simplemente vivir a la tuya sin comerte la cabeza demasiado en milongas.
"No, no hablo de esa mierda magufa posmoderna..."
jajaja, no hablas de eso pero dices los mismo que ellos dicen. Además creo que tienes razón..
Creo que desconoces lo que es el "mindfulness" o, como se ha dicho siempre, "meditar".
Dices que "la causa subyacente de la insatisfacción y la angustia está en nuestra cabeza" no es cierto y si lo es. De hecho TODO esta en nuestra cabeza y segun te lo tomes es triste o feliz. Por eso el entierro de tu abuelo puede see alegre