El profesor entra en aula con su bastón, renqueante, y el ceño fruncido, barruntando quién sabe qué. -Antes de empezar, háganme un favor, dibujen ustedes una casa. Cada uno, por separado, una casa. Y mientras les voy contando… hoy vamos a hablar, entre otras cosas, del poder. El poder, señores, el poder. Lo escribe en la pizarra con grandes y desiguales letras. -No empezamos por aquí por casualidad, ¿no les parece? Casualidad. Seguro que utilizan de forma habitual esa palabra. A estas alturas de mi vida a …