El “santuario” de Anglesey, la isla de Mona, la “isla de los druidas”, es sin lugar a dudas unos de los enclaves mágicos de la geografía europea. En los confines de la costa occidental de Gales y con sus druidas y “druidesas” llamando al alzamiento contra Roma, hace parte importante del imaginario histórico de la antigüedad europea. Su “bosque sagrado” de “feroces supersticiones”, talado por los romanos, “pues en efecto, contaban entre sus ritos el de honrar los altares con sangre de cautivos” (Tácito, Anales, XIV, 29-30), es un referente líric