Hoy nos hemos desayunado con la bronca que se ha montado a costa del veto de Pablo Motos y/o su equipo a que un invitado, Jorge Martín, sea entrevistado en “La Revuelta” entes que en “El Hormiguero”. La propia cadena, Antena 3 ha reconocido indirectamente que la presión sobre el reciente campeón del mundo de moto GP se ha producido.
Ahora hay un cruce de declaraciones y opiniones sobre si Jorge Martín tenía firmada previamente una exclusiva con Antena 3, con que si no es la primera vez que Motos hace cosas similares, etc., etc…
Pero lo más divertido del tema es que todo esto ocurre, también, al día siguiente de la puesta en libertad del comisionista Aldama y de sus declaraciones sobre que va a aportar pruebas sobre la presunta corrupción de ciertos miembros del PSOE.
Hoy las redes, los foros y las tertulias televisivas abren con la “guerra sucia” de “El Hormiguero” que tapa notablemente la noticia político-judicial.
Pablo Motos, que tan claramente se viene significando contra el gobierno de Pedro Sánchez (antes presumía de programa para toda la familia y ahora incluye una tertulia política casi siempre para dar cera al gobierno progresista) no la ha visto venir. Su maniobra ha supuesto una clara distracción sobre uno de los temas que más pueden desgastar a su odiado gobierno.
Seguramente, que si pudies dar marcha atrás, dejaría pasar por una vez sus ansias de protagonismo y su juego sucio para no quitarle foco a Aldama. Pero lo hecho, hecho está y, además de provocar que salgan a la luz sus maniobras mafiosas, ha conseguido que se hable más de la programación televisiva que de la corrupción de Ábalos, Koldo y compañía.
¡Enhorabuena, Pablo!