En 1960 el patrone Torriani se empeñó en que debían torturar más a los ciclistas. Ya estaba harto de que un pelotón numeroso superara las cotas del Giro de Lombardía sin mayores problemas y de que el triunfo se decidiera en un sprint masivo. Aquella nueva carretera subía 297 metros de desnivel en 1,7 kilómetros: una pendiente media del 17,5%, con rampas máximas del 25%, una barbaridad.
|
etiquetas: ciclismo , castigar