Hay pocas películas que tengan su propia religión. Los fieles seguidores de El gran Lebowski siguen los preceptos del Dudeism. Los que creen en el poder de la fuerza de Star Wars son Jedis. Y a los seguidores incondicionales de la película de 1989 Amanece, que no es poco, se les conoce como Amanecistas. Tienen su propia asociación, se reúnen en Albacete periódicamente y hasta tienen sus propios estatutos que seguir y a los que profesar respeto como amantes de la obra de José Luis Cuerda.
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