Los ojos primitivos de un protozoo se componen de las mismas estructuras de un ojo humano: córnea, cristalino, iris y la retina: La diferencia clave es que el ojo de este protozoo está hecho de bacterias. Usando una combinación de técnicas, los investigadores determinaron que la retina se forma a partir de algas rojas endosimbiótica mientras que la córnea es una adaptación de las mitocondrias, en origen también una bacteria endosimbiótica.
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