Pepe Ribas fue y es un adelantado a su época. Desde su casa cerca de Figueras, en el Ampurdán (Cataluña) sigue defendiendo hasta la muerte el mismo espíritu libertario que le llevó a fundar en 1974 -con Franco vivo- la emblemática revista Ajoblanco. Hoy, una exposición que se exhibe en Madrid refresca parte de ese espíritu, presente según Ribas en los indignados en España y en los estudiantes de Chile. Aquí habla de la generación ajoblanquista, de la fatalidad de la droga, de la penosa transición española y cuenta cómo empujó a Roberto Bolaño..
|
etiquetas: ajoblanco , pepe ribas