Es una condición por la cual ante el contacto con líquidos (especialmente en una ducha, aunque puede ocurrir en ambientes muy húmedos e incluso por el propio sudor) aparece un prurito de intensidad variable por diferentes partes del cuerpo (piernas y brazos parece ser lo más frecuente, aunque puede aparecer en la espalda y suele respetar manos, pies y cabeza) que dura entre 10 minutos y dos horas. Es importante para el diagnóstico que no haya más síntomas. No hay urticaria, ni cambios visibles en la piel.
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