Ser soltero nunca estuvo bien visto. En Esparta, el castigo social era muy cruel: a quienes no compartían su vida con un amado se les prohibía participar de las fiestas civiles más importantes. Sin embargo, grandes genios de la talla de Newton, Da Vinci, Brontë o Dickinson decidieron huir del compromiso. ¿Qué habría sido de su legado si el humor les hubiera cegado?
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