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Hola, soy católico (y de ciencias). Si quieres comprender mis puntos de vista TeRespondo
Algo sobre mí: estudié Matemáticas e Ingeniería Informática. Siempre me interesaron tanto la filosofía como la ciencia. Mi acercamiento a la fe fue paulatino: de pequeño era creyente, como supongo que muchos; después pasé muchos años caminando entre el ateísmo y el agnosticismo, pero sin dejar de tener interés por el fenómeno religioso y, finalmente, tuve una conversión, que si interesa podría intentar describir, aunque torpemente.
¿Por qué hago esto? Porque pienso que estos temas en internet, y especialmente en sitios como éste, se tratan con mucha ligereza y banalidad. No pretendo convertir a nadie con mis respuestas, sino, al menos, hacer ver que ser creyente no es una cosa absurda o antediluviana, propia de tiempos más incultos. Si consigo suscitar algunas reflexiones y mostrar que la cosmovisión del creyente tiene, como mínimo, coherencia, como la tiene la cosmovisión materialista, me sentiré muy satisfecho.
Gracias por vuestras preguntas.
¿Por qué hago esto? Porque pienso que estos temas en internet, y especialmente en sitios como éste, se tratan con mucha ligereza y banalidad. No pretendo convertir a nadie con mis respuestas, sino, al menos, hacer ver que ser creyente no es una cosa absurda o antediluviana, propia de tiempos más incultos. Si consigo suscitar algunas reflexiones y mostrar que la cosmovisión del creyente tiene, como mínimo, coherencia, como la tiene la cosmovisión materialista, me sentiré muy satisfecho.
Gracias por vuestras preguntas.
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Dejando de lado este matiz, diría que hay una discontinuidad entre ser humano y resto de animales. No biológica, porque está claro que biológicamente el ser humano es producto de la evolución, sino de otro tipo, que por no disponer de otro nombre mejor diría que espiritual. Sólo el ser humano tiene consciencia de sí, libertad, voluntad, razón, sentido de la culpa, etc., en grados elevados (el resto de animales puede tener algunas de estas capacidades, si bien mucho más limitadas).
¿Por qué? Pues porque el ser humano ha sido creado y querido directamente por Dios, para sí, lo que fundamenta de su dignidad. En otros términos, el ser humano no es resultado de la simple casualidad, sino fruto de una voluntad divina, y está llamado a entablar un diálogo con ese Tú que lo sustenta y lo ama, con ese Tú que da racionalidad a su mundo. El ser humano, como dice el cristianismo, es imagen de Dios.
Ahora bien, como en toda imagen o metáfora, con esto se intenta expresar algo que va más allá de la imagen misma. En el caso de la expresión "imagen de Dios", como Dios, según el cristianismo, es esencialmente logos creador, razón o palabra que es amor, esto querrá decir que el ser humano es un ser de la palabra y del amor; un ser destinado a darse al otro (y al Otro), y precisamente en esta entrega de sí mismo se recobra a sí mismo. En otros términos, se significa que el ser humano es el ser que puede orar y que está en lo más profundo de sí mismo cuando encuentra la relación con su Creador. Por eso Ratzinger en cierta ocasión afirmó que en la larga cadena de la evolución, el homínido se hizo humano justo en el momento en que pudo balbucear un Tú como una oración de gratitud por existir dirigida a su Creador.
Así, la contingencia de la persona humana, al no provenir del azar sino de la fe, se convierte en oración: "No tuve necesidad de existir pero existo, y tú, oh Dios, quieres que yo exista". Sabernos fruto de la libertad y el amor, y no de una tirada ciega de dados, permite que, en nuestra contingencia, podamos sentirnos agradecidos, y no desdichados, arrojados a la existencia sin haber contado con nuestra opinión.
Diferentes teólogos han ensayado diferentes explicaciones. Algunos por ejemplo dicen que el cuerpo biológico sería producto de la evolución, mientras que el alma sería creada directamente por Dios (lo que conlleva un fuerte dualismo), otros dicen que la evolución es el método del que se ha servido Dios para llegar al ser humano, que sería el fin de la misma (lo que conlleva un fuerte finalismo). Me temo que no hay una respuesta totalmente satisfactoria todavía, pero quizás es que, sencillamente, todavía nos queda mucho por saber, es mucho lo que desconocemos, y nuestra razón, quizás, tampoco será capaz de abarcarlo todo (hay en esto algo parecido a la paradoja de Russell de los conjuntos autoreferentes: ¿puede un sistema comprenderse a sí mismo? ¿puede una parte del universo llegar a saberlo todo sobre el origen del universo? Aunque gracias a la ciencia -y en mi caso, a la Revelación-, hay mucho que podemos saber, no sé si podremos saber todo...).
En definitiva, no te puedo decir... Tan sólo insistiría por ahora en las consecuencias que tiene creer una cosa u otra. Hay una diferencia muy grande entre sentirse un ser querido o un producto de un azar ciego.
Por algún texto de Ratzinger he podido entender que para la Iglesia ambas teorías (creación y evolución) son correctas y compatibles si se miran en sus correspondientes planos: evolución en el fenomenológico y creación en el ontológico. La fe en la creación, supuesta la hipótesis evolucionista, significaría el convencimiento de que, como afirma la Biblia, el mundo como un todo procede del Logos -esto es, del Sentido Creador, que es en última instancia Amor-. El ser temporal estaría envuelto por el único acto creador de Dios, quien le conferiría así unidad en su fragmentación, unidad en la que reside su sentido, que no es comprobable directamente para nosotros, pues no vemos el todo, sino sus partes. A este respecto, me viene a la cabeza una metáfora que decía mucho Escrivá de Balaguer: "de la voluntad de Dios nosotros comprendemos lo poco que podemos, pues, si comparamos su obra con grandioso y bello tapiz, nosotros veríamos la parte de atrás del mismo, el entramado de hilos".
¿Qué entiendo por ser de ciencias? Pues básicamente haber estudiado ciencias en la universidad (ciencias matemáticas e ingeniería informática), además de haberme interesado siempre por otras ciencias (la física, la química, la biología, etc.), lo cual ha orientado mis lecturas durante buena parte de mi vida. Tener una mente racional, pero no en un sentido empobrecedor del término. A menudo se confunden las cosas, y se dice que algo debe tener una "explicación racional" (por ejemplo, ante un fenómeno místico inexplicable, o un milagro) cuando, en realidad, lo que se quiere decir es que debe tener una "explicación materialista", porque se está dando por supuesto el materialismo y se está limitando la razón. ¿Qué tiene la razón que nos impida considerar fenómenos no estrictamente materialistas, o… » ver todo el comentario
¿Qué realidades no se explican por la ciencia y sí por la religión? Hablo de una explicación satisfactoria, no de una hipótesis que no se sustente en nada, salvo la creencia en ella.
Es una pregunta compleja. Yo diría que, por un lado, las cuestiones últimas metafísicas (¿por qué hay algo en vez de nada? ¿por qué existo y cuál es el sentido de mi vida?) jamás podrán ser respondidas por la ciencia, porque caen fuera de su ámbito. Por otro lado, hay realidades que experimentamos cotidianamente que, con las categorías actuales que maneja la ciencia -no entro en si esto cambiará en un futuro- quedan también fuera, como el hecho del libre albedrío. La libertad es una categoría intermedia entre el azar y la necesidad, y la ciencia se mueve sólo entre estas dos categorías. Recomiendo al respecto la lectura de este post:
pseudopodo.wordpress.com/2014/03/10/libre-albedrio-apostillas-a-un-deb
Tengo claro que, desde el punto de vista externo, del hombre como observable, como objeto, en algún momento una máquina programada llegará a simularlo de tal forma que resulte indistinguible del hombre "de verdad". Pasar el test de Turing, vamos.
¿Pero querrá eso decir que esa máquina a todos los efectos como un ser humano? Pienso que no. Una cosa es el comportamiento observable de algo y otra muy distinta lo que ocurre dentro. Una máquina no tiene "interior". Es un conjunto de circuitos -o el soporte que sea en el futuro- programados según ciertas leyes internas. Un ser humano tiene interior. Definirlo es complejo, pero todos lo sentimos en cada momento: somos conscientes de nuestros pensamientos, tenemos deseos, intuiciones, sentimientos, libertad, etc. Un robot podrá pensar (en el sentido de hilvanar razonamientos lógicos sustentados por su experiencia previa y por la información suministrada por sus sensores), pero ¿será consciente de su propio pensamiento? Un… » ver todo el comentario
#120 -> Aquí menciono que no veo cómo la ciencia -al menos con las categorías actuales- puede explicar la libertad humana o la "interioridad" del hombre, lo que en filosofía de la mente se denomina qualia. De hecho, el solipsismo es irrefutable (o no falsable) desde el punto de vista filosófico o científico. Jamás un test de Turing llevado a cabo con éxito probaría que una máquina sea consciente de sí (no hay posibilidad de evaluar eso, de la misma manera que no hay forma de decidir si las personas que tengo delante sienten y padecen como yo lo hago, y son conscientes de sí, o son zombies filosóficos; aceptar que la persona que tengo delante es un "tú" que para sí mismo es un "yo", es un ser consciente, con interioridad, es un acto de fe).
#45 -> Aquí hablo algo sobre los milagros, pero dado que me has preguntado fundamentalmente por eso profundizaré un poco más.
Empezaré diciendo algo sobre mi propia evolución: en los años previos a mi conversión, en que personalmente me encuadraba en un agnosticismo moderado, mirando con cierta envidia a los que sí creían, la principal barrera que encontraba para dar el "salto" eran precisamente los milagros. Me parecía que se podía creer en un Dios creador del mundo, sostener incluso que cabía la posibilidad de otra vida tras la muerte, pero creer que las leyes físicas podían ser violadas no sólo me parecía irracional, sino casi una blasfemia, una contradicción en el seno de Dios mismo: ¿cómo iba Dios a dotar de leyes a su creación para luego, arbitraria y puntualmente, suspender su aplicación? Esto era absurdo, incomprensible para mí.
Y sin embargo ahora estoy al otro lado y concedo credibilidad a esto. ¿Qué ha cambiado? En lo fundamental, que me he convertido y que, como he explicado en otros mensajes, mi cosmovisión es ahora diferente. Me muevo en un paradigma que concede posibilidad al milagro. Creo que es difícil… » ver todo el comentario
Lo que sí me ha ocurrido es que muchas veces, partiendo de un rechazo a una cierta idea filosófica o moral sostenida por la Iglesia, y tras un periodo de reflexión, he terminado llegando a la conclusión de que en realidad era la Iglesia y no yo quien estaba en la verdad.
Respecto a cielo e infierno para animales, tampoco es una pregunta que tenga una respuesta clara. Creo que el Papa Francisco ha dicho hace poco que sí, que van al cielo. No soy quién para contradecirlo. Yo diría que personalmente no lo sé. Pero que sí he sentido un cariño hondo y profundo hacia mi perro, por ejemplo, así que, si del amor nace la idea de la resurrección, como tantas veces se ha dicho (el amor no puede terminar con la muerte del ser amado), entonces sería natural responder que sí a la pregunta.
Y si nos movemos en un plano distinto ¿En qué estadio de la evolución se nos encuadró en ese plano y por qué motivo? ¿Existía una predeterminación de pertenencia a ese plano en forma de proto-alma? ¿Genéro Dios la vida de forma determinista consciente de que en cierto estadio de la evolución podría cualificar a ciertas especies para transitar de plano ontológico?
Por otro lado, si nos metemos a creer, ¿por que no creemos en el spaghetti del monstruo volador? El creo a todo, inclusio a Dios. Preguntame lo que quieras de el. Tambien hay escrituras y sus tallarinesco brazos todo lo alcanzan.
PD: Enhorabuena por lanzarte al vacío aquí.
Para muchas de estas preguntas (interesantes sin duda) haría falta casi escribir un libro, jeje. Pero bueno, se hará lo que se pueda. Cristiano porque creo en Jesús. He leído los Evangelios, me he enamorado de su mensaje, y les he concedido credibilidad básicamente por dos razones:
- Estos libros describen a una de las personalidades más fascinantes de la historia, capaz de cambiar él sólo el curso de los acontecimientos de forma drástica. Con unas ideas morales absolutamente modernas y sobre humanas. Con una capacidad poética fascinante (discursos como el de las bienaventuranzas son poesía de alta calidad). Con una sensibilidad increíble.
- Tras morir de una forma que sólo puede calificarse de derrota, los discípulos proclamaron que había resucitado y que, de hecho, él era Dios hecho hombre. Esto es asombroso primero porque eran judíos (el pueblo más furibundamente monoteísta de la historia; de hecho, la condena a Jesús en parte se debió a que decía que era capaz de perdonar los pecados, algo que para un judío sólo Dios podía hacer). Y segundo porque lo lógico sería esperar que estuvieran abatidos y que las enseñanzas fueran languideciendo paulatinamente, y, por el contrario, como si estuvieran poseídos de una gran locura, extendieron el Evangelio con una vitalidad, rapidez y entusiasmo sorprendentes (hasta dejarse literalmente la vida en ello, por las persecuciones).
La conjunción de ambas hacen que para mí sea, al menos, creíble. Ante Él, sólo caben dos posturas: aceptar que estaba loco (por su pretensión de ser Hijo de Dios) o aceptar que realmente era quien decía. De todos modos, como he dicho en otros mensajes, en el fondo las razones son al final más de tipo existenciales.
Por último, ¿por qué católico? Supongo que tiene mucho que ver que vivo en España, una cultura católica. Ahora bien, si uno analiza la historia de la Iglesia, creo que hay argumentos para pensar que es el catolicismo el que siempre ha permanecido más fiel al mensaje (con numerosas desviaciones, errores y horrores, que no se pueden negar). Son las otras confesiones las que se han separado de la Iglesia. En todo caso, estoy a gusto en la Iglesia.
Con respecto a la velocidad con la que se extendió el Evangelio, el cristianismo fue una… » ver todo el comentario
Si ocurre algo bueno-----------------------> Obra de Dios.
Si ocurre algo malo------------------------> Obra del Diablo
Si la pregunta es jodida de responder------> Los caminos de Dios son inescrutables
La vida posee una configuración que va cambiando con la edad, y la edad misma es un elemento decisivo de esa configuración. Pero lo interesante es que la experiencia consiste en poseer esa configuración proyectivamente, hacia el futuro. Nos poseemos personalmente gracias a que no nos poseemos nunca de un modo total, sino que estamos viniendo desde la irrealidad del futuro que se anuncia en la realidad de nuestro presente. Y esto hace que ni siquiera lo que es ya —el presente-—, ni aun lo que ha sido —el pasado— sea propiamente dado; en rigor, nada humano es mero «dato» —y el haberlo olvidado ha sido un error decisivo de las ciencias de lo humano, que por un momento pareció superarse y en el que se está recayendo—. Piénsese en la idea del happy end y, por otra parte, en la convicción griega de que nadie es feliz hasta el final, de que no tiene sentido decir que nadie que es feliz hasta que ha muerto; porque no se sabe lo que le va a pasar. La mentalidad moderna propendería a pensar que alguien es feliz, cualquiera que sea lo que el futuro le reserve; pero el griego pensaba agudamente que dentro de la configuración total de la vida, ello es problemático. Lo que es depende de lo que será; es decir, ni siquiera el pasado puede darse por dado y hecho. «Ni está el mañana —ni el ayer— escrito» —decía perspicazmente Antonio Machado. Y siempre me ha parecido
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No comparto nada de tus planteamientos porque nacen de la fe y no de la conciencia crítica pero quería darte las gracias por tu tiempo.
Un abrazo de un ateo.
Un filósofo cristiano bastante interesante, Fabrice Hadjajd, dijo, al ser preguntado que cómo había que dialogar con los ateos, lo siguiente:
Pienso que, ante todo, es necesario evitar las etiquetas. Es difícil definirse “ateo”. Pero si alguno se definiera así, para ser coherente no debería divinizar nada en lugar de Dios, ningún otro ídolo: dinero, técnica, comunismo… Hoy en día está de moda decir “soy ateo”, “soy homosexual”, etc… Nadie dice; “soy un hombre”. Lo importante para el creyente es comprender que ante él tiene siempre a un hombre. Uno que está como yo expuesto al pecado y a la muerte y que tal vez es un poco menos consciente del Misterio. Pero, como yo, es alguien rodeado por un desconocido. Antes de ponernos a discutir con un “ateo”, hay que sentir y vivir esta fraternidad humana: ¿sois capaces de reír juntos?, ¿y de cantar juntos? Sólo a partir de ese momento podremos dialogar. Los cristianos dicen que no hay que dormir con una chica antes de haber hecho todo el recorrido del noviazgo, y sin embargo al mismo tiempo existen cristianos que dicen que habría que discutir con el ateo sin pasar por un periodo de “noviazgo”: es una contradicción total.
Me gustaría pensar que, aunque el formato en que hemos planteado la conversación ha sido la de la discusión (amable), si sigo por menéame y voy conociendo a más meneantes, llegaremos a poder reír y cantar juntos hablando de otros temas donde sea más fácil el acuerdo.
Un abrazo de un cristiano.
Verás, antes que ateo soy humano. Es curioso que al citar a Fabrice Hadjajd éste mencionara al comunismo: lo soy, me considero comunista pero no porque Karl Marx dijera aquello tan famoso de que la religión es el opio del pueblo, que lo es, como el fútbol o los programas televisivos basura sino porque tengo mis propios planteamientos. He sido evangelista muchos años atrás y la propia figura de Jesús me sigue siendo atractiva.
Quiero decirte que no tenemos que pasar por esos años de noviazgo para entablar una amistad.
Ciaoo!
Aunque sea un misterio para mí, estoy seguro de que la justicia de Dios es muy superior a la de los hombres, y de que estas personas que sufren una desgracia así tendrán su recompensa. Y además, creo que caemos en el pecado de compararnos demasiado entre sí, y quizás cada persona tiene, en esta vida y en la otra, su medida propia de la felicidad y la plenitud. Mi primo es, muy a menudo, feliz. Seguro que en la otra vida lo será con mucha mayor plenitud y será mirado por Dios con más ternura de la que jamás han puesto sus padres (y eso que sus padres son ejemplares y lo quieren con locura). ¿No será esto un premio enorme para él, que no tiene por qué medirse en relación a los de otras personas?
En fin, sé que no respondo a la pregunta, pero no quería dejar de decir algo, aunque sea un balbuceo torpe.
Pero esto no es suficiente. Al final, fue una experiencia muy dura, de pecado personal, que viví la que me hizo sentir la necesidad inmensa de ser perdonado. Eso me llevó a hacer el camino de Santiago, que no terminó de darme las respuestas que buscaba, pero que me puso, valga la redundancia, en camino. Y poco a poco fui dándome cuenta de que era Dios quien podía perdonarme y era la Iglesia la que en su nombre podía hacerlo. Y que, además, la verdad sobre el ser humano, sobre el amor, sobre la virtud y el pecado, estaba en la Iglesia. Fue como una iluminación súbita, como un volver a casa (pues la casa es la infancia, y en la infancia yo tenía fe de niño), todo cobró sentido. Entendí o creí entender quién era.
Sin entrar mucho en detalles, la experiencia tuvo que ver con enamorarme de una chica mientras que al mismo tiempo tenía novia. Esto es como no decir nada, pero bueno, para que no quede la curiosidad de sobre qué podía ser. Si alguien quiere más detalles, por si puede servir para algo, puedo contarlos.
Evidencia desde luego no. Se trata sobre todo de una creencia. Pero creo que algo puedo decir al respecto de las evidencias.
Recuerdo una charla filosófica a la que asistí, sobre la fenomenología. Lo que intentan con su método es enfrentarse a los hechos-en-sí, tratando de eliminar todo apriorismo, y considerando a todos los hechos, sin prejuicios. En particular, estudiaron el hecho religioso con este método, y, según el conferenciante, ello propició que, en la lectura de santos y místicos, la mayoría se convirtieran. Esto desde luego fue así: Husserl, Scheller, Edith Stein, etc., partiendo de posturas ateas o agnósticas, terminaron convirtiéndose al cabo de los años, fuera por la razón que fuera.
Esta idea me gustó: mirar sin prejuicios la realidad toda. Y que los milagros forman parte de la realidad no cabe duda (es decir, por lo pronto se habla de ellos, igual que se habla de unicornios). Así que, por mucha repulsa intelectual que cause, es necesario también considerarlos, estudiarlos, hablar de ellos, y esto fue lo que hice.
Me centré en unos pocos: la Sábana Santa, las apariciones de Fátima, la curación que propició la conversión del premio Nobel de medicina Alexis Carrel en Lourdes, los exorcismos, etc. En ellos, si uno (al menos, yo) se sitúa con un escepticismo amplio (poniendo la interpretación o visión del mundo en tela de juicio, como he dicho más arriba), la explicación más plausible es la literal, la del milagro.
En la Sábana Santa hay hechos que de otro modo parecen difícilmente explicables: que una falsificación medieval alcanzara tal grado de perfección, con esa técnica de la quemadura superficial de la tela; que la imagen sea, si se tiene en cuenta el grado de quemadura, tridimensional; que haya fragmentos de polen de Palestina; que el Cristo se muestre crucificado de un modo diferente al que se creía en la Edad Media, etc.
En Fátima, el hecho también resulta difícilmente… » ver todo el comentario
Ese libro de Unamuno, por cierto, me gustó mucho cuando lo leí (estaba entonces en mi época agnóstica).
Por todo esto no parece por tu relato que hubieses llegado a ser realmente ateo,… » ver todo el comentario
Con unos 14 años, tras la muerte de mi abuelo, a quien quería muchísimo, perdí la fe tal y como la tenía. Había rezado días y días mientras estaba en coma, y cuando murió, llegué a la conclusión de que Dios no escuchaba nuestras oraciones, que unas personas se curaban y otras no y que Dios no tenía nada que ver con eso. Todavía seguía creyendo en Dios como artífice de todo, pero ya era un Dios mucho más lejano, al que no tenía sentido rezarle. Un Dios "relojero del universo", indiferente a nuestro sufrimiento, incapaz de actuar. No tardé mucho en dejar también de lado esa idea (es innecesario un Dios así, el Universo podía existir por sí mismo). De este modo pasé del teísmo al agnosticismo. Quizás ateo-ateo nunca he sido, pero hubo varios años en que me consideraba agnóstico. En esos años reconozco que no miraba mal a la Iglesia, aunque tampoco bien. Había más cosas que no comprendía ni compartía, claro.
Recuerdo de esos años tener angustia ante el pensamiento de mi muerte. Noches de insomnio con miedo, pensando que dormir y no despertar, oscuridad y silencio sin memoria, serían lo más parecido a morir. Desaparecer del todo me aterraba. Al final, el pensamiento repetido termina insensibilizando, como cuando la piel hace un callo ante… » ver todo el comentario
Voy ya más en concreto con las preguntas. En efecto, ateo no fui, sino agnóstico. Antes creía que la Iglesia era una institución humana, y ahora pienso que no. Hay una cosa sorprendente, y es que, pese a toda la podredumbre que ha habido en la Iglesia, pese a todos los papas que han tenido muy poco de santos, nunca en un Concilio o en una declaración solemne de un Papa se ha proclamado una herejía que sea contraria al mensaje de Jesús. No es que los dogmas no evolucionen, sino que la reflexión teológica, junto con la evolución histórica del ser humano, hace que poco a poco vayamos entendiendo mejor los puntos más oscuros de la fe, aunque habrá misterios que siempre permanecerán insondables, por mucho que tratemos de envolverlos en la razón humana. Y precisamente las herejías son mojones en el camino, que ayudan a la fe a mantenerse y a definirse mejor. Siempre he visto la doctrina católica como la síntesis de muchos contrarios: gracia y libertad; bien y mal; Dios y hombre; cuerpo y alma, etc. Cuando se pone excesivo énfasis en uno de los dos polos se cae en la herejía. Por ejemplo, los gnósticos, que afirman que toda la realidad material es mala, y que el alma es prisionera del cuerpo. Que la Iglesia haya caminado siempre por esa cuerda sin caer en los abismos me resulta sorprendente, sí.
Yo no creo que Dios dé órdenes directas a los dirigentes, no funciona así. Pero creo que el Espíritu Santo de alguna manera asiste a la Iglesia. ¿Cómo? No lo sé. Pero Jesús le dijo a Pedro "Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán sobre ella".
Una cosa que suele causar rechazo es la parte del credo en que se dice "creo en la Iglesia, una, santa, católica y apostólica". Pero aquí la santidad no debe entenderse de un modo literal. Casi mejor, si tienes tiempo y ganas, te remito a un texto de Ratzinger bastante bueno:… » ver todo el comentario
No esperes que respuestas complicadas como las que has dado (muchas lo son) sean leídas. Alguna vez he respondido aquí Biblia en mano, con griego/hebreo, relacionando y no es el foro adecuado ni de cerca.-Suerte-, bendiciones
Ya era hora de que te fueses quitando el disfraz x|
Si no también
¿Cómo fue tu conversión y cómo te ha afectado en el plano personal?
Respecto a la conversión, creo que ya he dicho lo más importante en otras respuestas. Me afectó profundamente, cambiando no sólo mi visión del mundo sino mi concepción del bien y del mal. Es sin duda el acontecimiento más decisivo de mi vida, jeje, más no puedo decir.
Respecto a lo primero, creo que hay muchos motivos. Pienso que nuestro modo de vida nos va alejando de todo contacto con el misterio, que es la puerta de inicio a la fe. Al vivir casi todos en un mundo creado por hombres (la tecnología nos inunda, y la naturaleza es cada vez más invisible), hemos perdido el sentido de la maravilla ante algo que nos precede y nos supera (la Creación), y pronto, incluso, habremos perdido la capacidad poética de entender las metáforas que han conmovido al hombre desde que puso sus pies sobre la tierra, metáforas de las que se ha valido Dios mismo para comunicarse con nosotros (Dios como alfarero -¿alfaqué, qué es eso?-, una descendencia tan grande como las estrellas del cielo -si sólo se ven tres estrellas, con suerte...-, una higuera que no da fruto -si las bandejas del súper tiene higos siempre-, orar para pedir a nuestro padre alimento -las cosechas están garantizadas por los avances-, etc.). El pecado original del hombre resuena en nuestros tiempos con más fuerza que nunca, porque al vivir en una realidad ultratecnificada, en la que todo es creación humana, en la que parece que ya no necesitamos a Dios para nada, cuesta mucho más ver las manos de Dios, parece que sólo el hombre tiene manos. Incluso hasta algunos piensan que la ciencia nos salvará de la muerte, lo cual es una reducción pobre de la escatología.
La reverencia que un profeta podía sentir en el desierto viendo la inmensidad del cielo, el temor que podría sentir un agricultor un año de malas cosechas, el miedo ante los ejércitos del enemigo, ¿dónde los sentiremos hoy, desde nuestra molicie cómoda y mullida? Yo creo que la fe crece cuando nos sentimos pequeños y… » ver todo el comentario
Por eso pienso que para el hombre contemporáneo es mucho más difícil acogerse a una religión organizada (que afirma osadamente estar en la verdad) que a una religiosidad de tipo New Age, que casa muy bien con el relativismo (todos los caminos son buenos y verdaderos) y con el sentimentalismo (sólo es verdad lo que tú sientes y experimentes, por eso la importancia de la meditación, del wellness, etc.).
Mi pregunta es sobre lo que más me ha interesado cuando leía la entradilla, donde hablas de una conversión. Veo que ya se te ha preguntado sobre el tema (por ejemplo en #30), así que leeré la respuesta cuando llegues a esa pregunta, pero quería insistir en ella porque me ha parecido que puede ser un aspecto interesante. En definitiva: ¿nos podrías revelar lo que buenamente… » ver todo el comentario
Así transcurrió el primer año, que como ya digo fue de reposada toma de contacto. Jamás pensé en ella como una posible pareja por los aspectos de su carácter que veía incompatibles conmigo, ni tampoco llegué a sentir nada parecido al amor durante ese tiempo, pero creo que, soterradamente, y quizás casi en contra de mi voluntad (y por eso tardé mucho en reconocerlo), fue naciendo en mí un amor por ella que no dejaría de crecer en la sombra hasta que todo saltó por los aires.
Al final del primer año tuvo lugar una importante novedad: llegó P al colegio, una chica que, en muchos sentidos, era opuesta a I: muy simpática, cariñosa, buena, tierna, de carácter afable, rebosante de empatía, etc. No era tampoco especialmente guapa, pero a mí me parecía mona. Intelectualmente era más simple que I, sin tener, por otro lado, ni un pelo de tonta. Ambas opositaban a lo mismo y se hicieron al principio amigas. Poco a poco nos fuimos cerrando los tres, volviéndonos casi un grupo dentro del grupo, y los primeros meses de mi segundo año nos convertimos en inseparables.
Mis sentimientos no habían cambiado mucho respecto a I. La seguía considerando una amiga muy especial. En cambio, por P empecé a sentir que poco a poco me estaba enamorando de ella -o eso creía o quería creer-. Pero esta situación idílica no duró demasiado. En noviembre de ese año P e I se pelearon, porque P estaba harta de las salidas de tono y las borderías de I, y decidió que no tenía la obligación de aguantar algo así durante más tiempo. Además, P había suspendido su examen (I aprobó) y estaba más susceptible.
Esto me colocó a mí en una situación incómoda, siendo muy amigo de las dos. Intenté mediar en la relación, haciendo todo lo posible. Además, desde pequeño llevo muy mal las discusiones, por haber vivido las de mis padres muy de cerca, y las peleas, y lucho siempre por restaurar la armonía donde ésta se ha perdido.
I lo estaba pasando muy mal. Era la más afectada por la ruptura, ya que… » ver todo el comentario
Así llegaron las Navidades. Con P no mantuve demasiado el contacto, más allá de un mail o dos, pero con I tuve una relación cada vez más intensa. Nos escribíamos todos los días, a menudo más de un mensaje largo. Yo estaba al tanto de todo lo que pasaba en su mundo y ella del mío. Compartimos muchísimas confidencias.
Después de las Navidades seguí manteniendo una relación parecida con I, mientras que con P, sorprendentemente, el nivel de cercanía y complicidad creció muchísimo. Así fueron progresando las cosas (y el nivel de tonteo) hasta empezamos a salir. Era mi primera novia, y yo también su primer novio. La inexperiencia tuvo sus cosas malas y buenas. Por un lado, ambos teníamos mucha ilusión de que todo fuera bien, pero por otro éramos torpes y nos equivocamos en muchas cosas. Yo desde luego soy consciente de muchos errores que cometí, y de los que no puedo estar más arrepentido. El principal de todos ellos fue la falta de sinceridad.
Fui sincero con ella en lo relativo a mi tendencia sumisa (luego hablaré más sobre ello), pero no respecto a lo que sentía por I. Si no lo hice no fue por cobardía, sino porque creía que era algo que se terminaría pasando, que con el tiempo se iría solucionando, y que no era necesario meter un elemento más de inestabilidad en la relación. Cuan equivocado estaba.
En las primeras semanas ya quedó patente que ella no me despertaba mucho deseo sexual (pero sobre todo por mi adicción, eso ya lo tengo claro ahora, que me hacía muy difícil todo). Yo no me conocía en ese aspecto lo suficiente como para antes de empezar con ella haber intuido qué es lo que podría pasar, pero así fue. Ella me parecía guapa, pero digamos que su belleza me despertaba ternura, me ponía de buen humor y me daban ganas de besarla, pero no despertaba nada más en mí. Ni siquiera mi lado sumiso una vez que lo saqué del armario. Ella no era dominante, y aunque dijo que estaba dispuesta a intentar introducir algún elemento de dominación para ver si… » ver todo el comentario
Tengo que empezar reconociendo algo vergonzoso. Y es que siempre he tenido tendencia sexual hacia la sumisión respecto a las mujeres. Es algo de lo que me voy recuperando poco a poco, pero que está bastante arraigado dentro de mí, por motivos que desconozco. Me estoy intentando limpiar de todo ello. Se le ha unido el hecho de que durante muchos años (hasta hace dos que empecé a combatirlo) tuve una cierta adicción a páginas pornográficas de contenido sadomasoquista. Sé que es extraño hablar de estas cosas abiertamente, pero es necesario. Hasta que no llegó mi conversión plena no me di cuenta del pecado terrible que estaba cometiendo (hacia mí y hacia mi pareja, ya fuera actual o futura). Sin contar esto, la historia no se entendería del todo, ya que, como verás, sentirme algo dominado por una mujer me trastocó hasta los tuétanos y me hizo confundir los sentimientos.
Hace ya más de 5 años, teniendo yo unos 26 años, entré en una residencia de estudiantes de posgrado. Inicialmente fui con la idea de seguir el doctorado en matemáticas que ya había empezado, pero al cabo del tiempo me lo pensé mejor (después de acabar saturado de tanta abstracción) y me puse a opositar para una plaza de funcionario. Prácticamente a la vez que yo entró I, la protagonista de esta historia.
La nuestra fue una amistad que se fue cociendo a fuego muy, muy lento. Inicialmente no hubo atracción ni física ni de ningún otro tipo. De hecho, reconozco que no es una chica demasiado guapa, aunque, como es habitual cuando surge la atracción intelectual y emocional, uno termina viendo también más deseable el físico de la otra persona, hasta el punto de que ha llegado a parecerme una mujer muy bonita.
Durante el primer año compartimos círculo de amigos, y gracias a eso hicimos planes juntos (salidas, cenas, escapadas de fin de semana...), tuvimos algunas conversaciones más profundas de lo habitual, y poco a poco vimos que había cierta conexión. Siempre éramos nosotros los que nos… » ver todo el comentario
Reconozco que la situación, aunque me estresaba, agobiaba y me hacía sentir mal en muchas ocasiones, también me hacía sentir muy vivo, y eso sí era hermoso. (Ahora pienso en el libro de Wilde, el retrato de Dorian Gray, cuando habla de sus teorías acerca de la intensidad de vivir... y veo que estuve muy muy cerca del abismo...). También le hice ver eso a I, quien se convirtió (otro error) en mi principal confidente, ya que no podía compartir todo esto con P. Fantaseaba continuamente con la idea de estar con ellas dos a la vez en una relación abierta, sin importarme que a su vez ellas tuvieran otras parejas, todo muy en plan hippie bucólico pasado de rosca.
Ya sé que me comporté como un idiota, o más bien como un capullo, pero en fin, así fue. No estoy orgulloso de ello, pero al menos he aprendido la lección. La sinceridad es la mejor opción siempre; aunque parezca que se puede ocultar algo temporalmente por el bien de la pareja, lo cierto es que no, y que aunque sólo sea por amor y por respeto no debe callarse nada. Esto de verdad que lo tengo grabado a fuego. He llorado mucho por el mal causado... En fin, también mencionaré algo de esto al final.
En la relación con I no hubo nunca nada físico, aunque recuerdo, eso sí, un momento que para mí tuvo una fuerte carga erótica, poco antes de que llegara el final que describo en el siguiente párrafo. Habíamos salido una mañana para hacer unas compras juntos (yo solía acompañarla cuando podía), y fuimos a una tienda de bikinis. Ella se metió en el probador con el que quería probarse, pero le estaba pequeño y me dijo que si podía ir arriba a por el siguiente número. Yo fui a por él y se lo di, y cuando se lo probó, abrió la cortina y me pidió que le dijera si le estaba bien o no. Fue para mí muy erótico verla en bikini en esa situación, ajena a una piscina y a cualquier tentativa de baño, y tener además que observarla para ver si se ajustaba bien a su cuerpo o no. Además de que estaba muy guapa, estaba algo… » ver todo el comentario
Fue el día más triste de mi vida hasta la fecha. Desde la muerte de mi abuelo, cuando tenía 14 años, no había vuelto a llorar. Lloré y lloré, me sentí fatal por el engaño, por haber jugado con los sentimientos de una persona tan buena, inocente y pura como P, que había confiado en mí. Fue horrible, y no terminé de curarme de estas heridas hasta un año después. No pretendo justificarme en base a mi sufrimiento, sino contarlo tal y como fue. Sufrí mucho, esta es la verdad, y he tardado mucho tiempo en poder perdonarme a mí mismo. Es duro aprender a base de hacer daño a alguien querido. Ser consciente de que es algo que no haré de nuevo ayuda, pero no es un consuelo completo. Incluso hice el Camino de Santiago con el principal objetivo para pedir perdón y rezar por ella y por mí (aunque a la gente le dije que fue por agradecimiento de haber aprobado la oposición). Después de dejarlo con P volví a intentar hablar con I. Seguí con mis súplicas. Le dije que creía que había estado enamorado de ella siempre. Incluso le conté que era sumiso y que creía que era por eso por lo que la amaba. Supongo que todo eso la espantó más, y sospecho también que quizás, aunque tenga una naturaleza aparentemente dominante, no lo sea en absoluto, o no tenga ni idea de lo que realmente es eso.
Más adelante ya sólo quise tomar un café con ella y hablar. Y era muy duro encontrarla cada día en los pasillos del instituto, verla en la cafetería, observarla de lejos, riéndose y siendo el centro de atención y yo abandonado por ella. Pero no hubo manera, fueron pasando los meses y los meses y no conseguí nada de ella. A lo sumo hubo un tiempo en que volvimos a hablar por whatsapp, y me confesó que para ella la relación que habíamos tenido había sido de pareja pero sin sexo. No me pareció una mala definición.
Después, pasados dos meses, también intenté quedar con P para salvar la amistad (cosa que finalmente fue imposible por mi culpa exclusivamente... eso es otra historia, menos… » ver todo el comentario
Como decía antes, en medio del abatimiento más severo, cayó entre mis manos el libro Cartas de un diablo a su sobrino, de CS Lewis. Supuso una auténtica revelación. Primero, por ser un tratado de psicología impecable (me vi retratado en tantas cosas...) y segundo, por darme una idea de la enorme belleza de la cosmovisión cristiana. Creo que fui en parte cautivado por esa belleza, y eso me llevó a leer más libros del autor (los cuatro amores), a ir a misa los domingos (probé a hacerlo, al principio sin mucha convicción), a confesarme de mis pecados y darme cuenta de lo que había de mal en mi vida, a leer la encíclica Deus Caritas Est (esto lo hice en la primera Navidad tras la ruptura de septiembre, ya entonces casi plenamente convertido, y fue una experiencia indescriptible poder sentir ¡esto es la Verdad! ¡Y la verdad es mucho más hermosa que el mundo de tinieblas en el que había vivido antes!).
Así que me fui enderezando poco a poco, dándome cuenta de los errores que tenía en mi concepción del amor, de cómo había caído en el dejarme llevar por los sentimientos, de lo débil de mi voluntad, etc. Fueron muchísimos aprendizajes para muy pocos meses. Todavía me nutro en parte de esos momentos. Hay quien dice que el cristiano no es el que vive iluminado de continuo, porque esto es imposible, sino el que, al menos, en algún momento de su vida, ha tenido esa iluminación que supone el encuentro personal con Cristo, y se nutre espiritualmente de ello.
Dos años después, aproximadamente, fue cuando conocí a la que hoy es mi mujer. En este caso no hubo un enamoramiento de los que te hacen perder la cabeza. De hecho, enamoramientos así sólo he tenido dos: uno durante la carrera (porque era más joven y las cosas se viven con mucha intensidad) y el de I. Así, más que una certeza súbita, fue un darme cuenta progresivo y gradual. Como ver amanecer en un día de niebla: no ves en ningún momento el sol, pero poco a poco, sin rupturas de ningún tipo, te vas viendo… » ver todo el comentario
Aviso que la respuesta será larga, casi como una mini-novela. Pero es que no se puede reducir mucho más sin dificultar la comprensión de lo que pudo significar para mí. Yo la escribiré, pero si te cansas de leerla a la mitad no me eches la culpa, te lo he advertido desde el principio.
Como conclusión, diría que lo importante es cuando nos vamos abriendo a Dios (y mejor aún si no lo dejamos en una mera teoría o creencia, sino abrirnos hasta el punto de permitir que nos revele Su experiencia… » ver todo el comentario
Me han gustado tus reflexiones, que desde luego podrían hacer suyas los grandes místicos tanto cristianos como sufíes o de otras confesiones. Buscaré el libro, parece interesante. Está claro por lo que escribes que es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa, especialmente en este mundo tan desespiritualizado y materialista que nos ha tocado vivir.
Te deseo lo mismo, que sigas profundizando en esa plenitud y paz interior. Un abrazo.
Escribo aquí el fragmento de la carta de Tolkien, ya que creo que es relevante.
Los hombres no son monógamos. Negar lo contrario no es bueno. Los hombres no lo son y no es debido a su naturaleza animal. La monogamia, aunque ha sido durante mucho tiempo fundamental en el legado de nuestras ideas, es para nosotros, los hombres, un trozo de "ética revelada" según la fe y no la carne.
La esencia de un mundo caído es que lo mejor no puede alcanzarse mediante un placer libre o lo que es llamado "auto-realización" (normalmente un nombre bonito para la auto-satisfacción, totalmente adversa para la realización del otro), sino por la negación, por el sufrimiento. La fidelidad en los matrimonios cristianos conlleva esto: una gran mortificación.
Para un hombre cristiano no hay huida. El matrimonio puede ayudarle a santificar y a dirigir sus deseos sexuales hacia su fin adecuado; la gracia puede ayudarle en la lucha, pero la lucha permanece. No le satisfará (del mismo modo que el hambre se mantiene alejada con comidas regulares) y le proporcionará tantas dificultades para mantener la pureza en ese estado como le proporcionará alivio.
Ningún hombre, a pesar del amor sincero que siente hacia su prometida y esposa cuando era joven, ha vivido fielmente con ella como esposa en mente y cuerpo sin el ejercicio deliberado y consciente de su voluntad, sin el sacrificio. A pocos se les dice esto, incluso si han crecido "en la Iglesia". Los que están fuera de ella raramente lo han oído.
Cuando el encanto desaparece o simplemente disminuye, piensan que se han equivocado y que aún tienen que encontrar a su verdadera alma gemela. La´verdadera alma gemela´ suele ser a menudo la siguiente mujer sexualmente atractiva que encuentran, con quien ellos podrían ciertamente estar casados con éxito si solo… Y aquí es cuando llega el divorcio, sustentado por ese "si solo…".
Desde luego, como regla, tienen razón: cometieron un error. Sólo un hombre muy sabio puede, al final de su vida, hacer un juicio sólido sobre con quien, de entre todas las posibles oportunidades, ¡él debería haberse casado con éxito! Casi todos los matrimonios, incluso los felices, son errores en el sentido de que casi seguramente -en un mundo más perfecto o incluso con algo más de cuidado en este mundo tan imperfecto- ambos cónyuges podrían haber encontrados parejas más adecuadas.
Pero la "verdadera alma gemela" es aquella con la que estás ya casado. En este mundo caído tenemos como únicas guías la prudencia, la sabiduría (escasa en la juventud, demasiado tarde en la vejez), un corazón limpio y la fidelidad de la voluntad...
Algunas conclusiones
Uno de los problemas de partida fue la disociación de sexo y amor. Es un desgarro interior difícil de comprender... Pero creo, y hablo desde mi experiencia personal más reciente, que se puede superar. En ese sentido, también reconozco que me hizo mucho bien leer y releer los puntos 2331 a 2400 del Catecismo. ¡Es tan bella la doctrina de la castidad! Animo a quien quiera a que los lea sin prejuicios. Y sin embargo, ¡no hay una palabra más denostada en nuestra sociedad que ésa! Qué pena no haber conocido antes esto, porque durante años he sido tan poco casto en ciertos comportamientos y actitudes, que eso ha ido sin duda aumentando ese desgarro abierto entre mi sexualidad y mi capacidad de amar, entre el erotismo y el lado afectivo. Es una herida que cuesta cerrar. Pero los esfuerzos que se hacen con la voluntad y la oración no son en vano. Es un tema en verdad un poco turbio, pero no me importa hablar de ello.
Yo siempre me hacía estas preguntas en los meses de abatimiento: "¿A quién debo escuchar más, a mi sexualidad o a mi corazón? Si de verdad quiero a alguien, con todo lo que ello significa, ¿no debería luchar todo lo posible, todo lo que esté en mi mano, por lograr ese dominio de sí que es la castidad, y poder entregarme al ser amado en todas mis dimensiones?" Estuve a punto de responder a la primera pregunta con la sexualidad, y tirar todo por la borda... por eso creo firmemente que mi mujer me salvó. Y eso que la atracción sexual hacia ella ha sido un camino lento, es verdad. Porque en ella no hay nada que despierte mi deseo tal y como lo vivía o entendía antes... Qué complejos somos los seres humanos...
Es realmente un misterio muy grande el de las tendencias sexuales. Yo considero que, aunque la psicología conductista, tan reduccionista, no puede dar cuenta de toda la extensión del problema, quizás me ayude a explicar una cosa. Y es que, en mi caso, puedo decir con seguridad que, si bien esa tendencia existía… » ver todo el comentario
La postura de la Iglesia sobre las relaciones prematrimoniales, en un principio, me parecía válida por otro motivo: el aborto. Si el aborto es un mal, debe existir un vínculo de amor al menos suficiente para que, si hay un accidente, la pareja esté dispuesta a seguir adelante con el niño y educarlo juntos. Es precisamente la sacralidad de la vida lo que lleva a esta conclusión. Pero creo que hay más, mucho más, que este argumento.
La verdad, reconozco que intento siempre entender la postura de la Iglesia, porque pienso (o mejor, creo) que cuando dice algo suele estar justificado por razones antropológicas (y si algo se puede decir de la Iglesia es que conoce muy bien el corazón humano, con sus grandezas y miserias). En el tema sexual ha sido donde más dificultades he tenido. Por ejemplo, todavía no consigo entender por qué está bien usar el método anticonceptivo del ciclo menstrual pero no el preservativo dentro del matrimonio. Y más cuando a veces se defiende la efectividad del método de Ogino. Si tan efectivo es, ¿no supone tener relaciones tan cerradas a la vida como cuando se usa el preservativo? En fin, no lo entiendo. Pero creo que en el tema de las relaciones prematrimoniales sí puedo entender mejor las razones que se dan, al igual que al condenar la masturbación o las relaciones homosexuales.
Lo que he podido entender respecto a las relaciones prematrimoniales es, en primer lugar, que dificulta la propia relación. Si el noviazgo es el tiempo de discernimiento, introducir una relación que es expresión de una promesa definitiva (entre otras cosas, por la posibilidad de que alumbre una vida nueva) puede dificultar la reflexión de los novios sobre si la relación es la adecuada o no. Primero, por un problema de lenguaje: la relación sexual expresa algo (la donación total, incondicional y eterna) que no se corresponde con la realidad vivida, y por tanto la relación prematrimonial encierra una mentira. Y segundo, por un problema de libertad. El… » ver todo el comentario
Por último, también me preguntabas por mis experiencias místicas. Como tales no he tenido, aunque creo sin duda en su posibilidad.
Hay dos cosas que podrían asemejarse a una experiencia mística. Intentaré describirlas, aunque sé que es bien difícil.
La primera ocurrió en unos ejercicios espirituales, que duraron tres días. No sé bien qué pasó... Desde luego ayudó el vivir esos días en una rutina de oración y meditación, con los ojos puestos en lo Alto, con los pensamientos fijos en Dios, recorriendo toda la historia de mi vida y lo que me había llevado hasta ahí. Sintiéndome pecador y al mismo tiempo agradecido por todo lo que Dios había hecho por mí. Una de las meditaciones me pareció especialmente hermosa, aunque soy incapaz de recordar ahora el contenido. Pero sí recuerdo que me quedé arrodillado en el oratorio aprovechando la media hora de descanso que teníamos hasta la siguiente, mientras que la gente se marchó. Me quedé solo, arrodillado, con los ojos cerrados. ¿Diría que sentí la presencia del Señor? No lo sé, pero algo sentí, como una brisa suave (así lo describe el profeta Elías, después leí ese texto y me sentí identificado), como un abrazo incorpóreo... Es algo imposible de describir, pero tan, tan hermoso. Sentí una felicidad enorme. Es todo lo que puedo decir...
La segunda es algo más terrenal. Me ocurre al mirar a mi mujer. Cuando la miro siento a veces dolor por no encontrar palabras o formas de expresar lo que siento, y en cierto modo asomarme a ese abismo del lenguaje, querer ir más allá de la expresión a través de la expresión misma, es un hermoso imposible. Me ha pasado esto algunas veces, sin necesidad de besarnos siquiera, sino estando tranquilo mirando su rostro. El rostro es tan importante. El amor se alimenta mucho de las miradas. A veces puedo estar "poco amoroso", y basta con contemplar durante un tiempo su rostro para que eso cambie. No son sensaciones que se tengan de continuo, porque sería imposible vivir… » ver todo el comentario
Creo que es la explicación de una experiencia más detallada que vamos a leer nunca en Menéame. Créeme si te digo que ha hecho que me replantee ciertos aspectos de mi vida. La calidad de la prosa es innegable. Al leerte me hacias sentir cada uno de tus sentimientos y pensar cada uno de tus pensamientos. Creo que es muy valiente abrirse al resto de manera pública, aunque anónima.
En fin, muchas gracias por compartirla y ser tan incisivo en los detalles. La tuya es una experiencia que, cuando apague el ordenador, me seguirá dando que pensar.
He leído tu historia con detenimiento y no puedo más que conmoverme con todo lo que cuentas. Ten por seguro que volveré a ella más adelanta para meditarla más tranquilamente.
Con el tema del método Ongino sino tengo mal entendido la Iglesia permite su uso pero pone como condición que no se use con mentalidad anticonceptiva (si algo confuso). Tal y como yo lo… » ver todo el comentario
La existencia en sí misma es un misterio, Dios es un misterio, y no se resuelve nada creyendo en Dios, estoy de acuerdo. Pero ayuda a explicarse muchas otras cosas, a ver la vida de otra manera. Sobre todo, cambia todo el pensar que uno existe por algo, que es un ser querido por Dios y no un producto del azar. Da un sentido a la vida, que es precisamente lo que la ciencia no puede dar (porque no habla del sentido). Como decía Popper en su metáfora de la ciencia y la red, si uno lanza una red al mar, con un grosor que no permite capturar plancton, no quiere decir que el plancton no exista, sino que la malla es insuficiente para verlo. Pues bien, si uno se acerca a la realidad con las "gafas" de la ciencia, no verá sentido, ni libertad, pues la ciencia no comprende estas categorías, se mueve únicamente entre el azar y la necesidad, y tanto el sentido como la libertad se mueven conceptualmente en otro ámbito. Pero eso no le permite concluir que el mundo no tenga un sentido o que el hombre no disponga de libertad. No sé si me explico.
Respecto a las dudas concretas que planteas, sin duda son complicadas, pero no son objeciones nuevas. Ya el libro de Job se hacía esas preguntas, porque los judíos se iban dando cuenta de que Dios no premiaba a los justos en esta vida ni castigaba a los injustos. Yo creo que el problema es que, aquí, sólo vemos la mitad de la película. Será en la otra vida donde veremos la justicia de Dios, donde se hará justicia a tantas víctimas ignoradas por la historia, ya que en esta vida es imposible.
Si tienes tiempo y ganas, te recomiendo encarecidamente -y a todos los interesados- la lectura de la encíclica Spe Salvi, de Benedicto XVI, que trata en cierto modo de estas preguntas. Es, además, una lectura deliciosa, porque Benedicto, entre otras virtudes, tenía la de escribir con claridad y belleza. Se puede leer aquí:
w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-xvi
Y no es desolador vivir así: sabes que tienes una vida e intentas aprovecharla al máximo, aunque reconozco que para un ateo morir tiene que ser más duro que para un creyente...
Otra cosa es que creas que hay otro universo donde residen las almas (o las ideas como diría Hegel).
Por otra parte puede que pienses como Descartes, que puesto que sólo podemos estar seguros de la existencia de nuestra mente (porque pensamos), eso demuestra la existencia del alma (o el espíritu, o como le quieras llamar), y que esta sobrevive a nuestro cuerpo. Yo personalmente pienso que la neurociencia actual explica con meridiana claridad que cuando nuestra actividad cerebral cesa, sencillamente morimos.
- El sentido moral del ser humano.
- La libertad humana
- Los fenómenos sobrenaturales y los milagros.
- La propia ciencia, las matemáticas. El hecho de tengamos inscrito, al igual que la huella moral de Dios, la huella de su Razón.
- Daría sentido a un mundo en el que la justicia es imposible (la verdadera justicia sólo puede ser escatológica).
- Ayudaría a conllevar el mal en el mundo, que pese a que parece la negación de Dios, es en realidad la afirmación de que el Dios posible es un Dios que ha venido a sufrir en el mundo, como hizo Jesús. De hecho, ante la crítica de que el cristianismo es una invención humana, cabe oponer la afirmación de que no estaba al alcance del hombre imaginar un Dios que se hiciera tan pequeño, tan sufriente. Precisamente el hombre, como ser herido por el pecado del orgullo, suele imaginar a Dios de forma majestuosa, soberbia, gloriosa, y hasta violenta, caprichosamente a su favor. Encontramos esos calificativos a veces en el Antiguo Testamento, y si es cierto que seguramente traslucen aspectos de Dios, no es menos cierto que en Jesús todos esos adjetivos se invierten de forma escandalosa.
Ninguna de las cosas anteriores satisfará del todo las dudas, está claro. Pero al menos, para mí, tienen cierto valor.
No pienso en estos aspectos ni como Hegel ni como Descartes. Intento no caer en dualismos de ese tipo. Aunque por otra parte no estoy tan seguro de que la neurociencia haya demostrado eso, hay que tener cautelas ante afirmaciones así. Incluso hay temas que habría que estudiar con más calma, como el de las experiencias cercanas a la muerte. No sé si todo eso es un bluf o hay algo de verdad en ello… Si puedes justificar la afirmación sobre la neurociencia te lo agradecería.
Respecto a los "fenómenos sobrenaturales y milagros" ¿de verdad eres científico? (lo digo sin intención de ofender).
A partir de aquí me rindo, no puedo continuar la discusión si crees en los milagros...
Te quería preguntar una cosa: Teniendo en cuenta el daño que han hecho las religiones (en general, no una en concreta) a lo largo de la historia, no sólo los asesinatos y torturas en nombre de Dios, sino el daño en el avance de las sociedades junto el subdesarrollo y el atraso que produjo durante siglos en la… » ver todo el comentario
- El primero, porque es lícito separar un sistema de creencias de lo que ciertas personas que decían profesarlo hayan hecho con él, especialmente, además, cuando se trata de actos que no surgen como consecuencia de dichas creencias (no hay nada más anticristiano que la violencia, si uno lee el Evangelio literalmente).
- El segundo, porque incluso aceptando que el pecado forma parte de la Iglesia, la forma de plantear la fe no es la de una elección. No están todas las religiones y sistemas filosóficos "a la mano" y uno puede escoger cualquiera, a la carta. En cierto modo, el sistema le escoge a uno, o yo diría mejor que la verdad le envuelve a uno y posee a uno (hablando ya "desde dentro" del sistema). Pero esto pasa no sólo con la fe, sino con la filosofía. Aristóteles no pudo no creer en el Aristotelismo porque estaba convencido de las ideas que sostenía, y si no hubiera sostenido otras. Dicho de otro modo: la verdad es la verdad, es única y objetiva, la diga Agamenón o su porquero. Otra cosa es que estemos en disposición de conocerla, y yo creo que por entero no, sino sólo algunas perspectivas de la misma… Pero lo que quiero decir es que no podía plantearme elegir una religión que tuviera una mochila más pacífica porque ya me estaba convenciendo de la verdad del catolicismo. Por cierto que antes de mi conversión sí coqueteé con otras confesiones. Una de las que más me gustaron fue la de los cuáqueros. Si estás interesado, lee algo sobre ellos. Su historia es hermosa.
Si me permites una corrección, Darwin y la teoría de la evolución no han sido fundamento de ninguna teoría racista. Al contrario, la teoría evolutiva choca frontalmente con el racismo. El racismo cree que el más fuerte sobrevive, mientras que del Darwinismo expone que el que sobrevive es el que mejor se adapte y no el más fuerte (Ley evolutiva).
Saludos.
Por otro lado, ¿no crees que la Iglesia Católica se ha amoldado siempre a la sociedad para no perecer? Como asi lo reflejan los distintos Concilios. Tal vez algún día, si se quedasen sin devotos aceptarían a los gays y que las mujeres pudiesen dar misa por ejemplo. ¿No ocurre lo mismo con la existencia de un Dios o Demiurgo? Puesto que se pudiese demostrar la… » ver todo el comentario
Yo no veo que se haya amoldado tanto históricamente. De hecho, hoy en día la distancia entre las posturas de la Iglesia y las de la sociedad es muy grande (también lo fue por ejemplo durante el Imperio Romano). Sí es verdad que las reflexiones teológicas van aportando más luces a la comprensión de los textos, y que los avances históricos y filosóficos también contribuyen a que podamos mirar con luz nueva la realidad toda, incluida la fe. En todo caso, si tienes algunos ejemplos concretos podemos debatirlo, pienso que podría ser interesante.
La Iglesia acepta a los homosexuales, sólo dice que los actos homosexuales son pecado. Es diferente, aunque comprendo que resulte muy difícil de aceptar. Quizás cambien la manera en que se dice esto, pero no creo que nunca se ponga en plano de igualdad la relación homosexual que la heterosexual. Respecto a las mujeres, como el sacerdote en la misa hace el papel de Cristo, y Cristo era hombre, dudo que algún día esto cambie. Ha cambiado en otras confesiones cristianas que han dejado de creer en la transubstanciación, y que por tanto contemplan de manera diferente la Eucaristía. Lo que sí ocurrirá, espero, y ya poco a poco se empieza a notar, es que las mujeres ocuparán mayores puestos de responsabilidad en la Iglesia, y que el genio femenino tendrá lo mismo que aportar que el masculino.
Respecto a los extraterrestres, soy muy escéptico, aunque quién sabe. Sería toda una revolución si encontráramos inteligencia alienígena no humana, y seguro que la teología tendría que dar cuenta de ello de una manera que no soy capaz de prever. Por ahora yo me centro en lo que veo, que es el ser humano. Algunos teólogos dicen que no sería un problema y que tratarían de convertir y bautizar a esos extraterrestres, pero yo eso lo siento un poco ridículo. Si llegara ese caso no sé qué pensaría. Pero por ahora, como hipótesis, lo considero poco probable.
Lo de la inmortalidad sí sería más problemático, jeje. Por un lado iría contra las leyes de Dios en el sentido que dices. Pero quizás no ocurriría nada, en el sentido de que los que decidieran no morir ya habrían tenido su recompensa, y a lo mejor se estarían perdiendo una existencia mejor. Esa hipótesis empieza a ser más probable y reconozco que me resulta inquietante. No creo que sea lo que Dios quiere para nosotros. Pero comprendo perfectamente que resulte esperanzador para muchos. Yo tendría también la duda de si conectarme o no, claro.
Gracias a ti, agnóstico teísta, me recuerdas a mí hace unos años...
Al igual, que cuando uno escucha a Cardenales y Obispos estar en… » ver todo el comentario
El Catecismo de la Iglesia dice "Dios, en todo tiempo y en todo lugar, se hace cercano del hombre: le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas". Bien, la Revelación ha sido un acontecimiento -o mejor, proceso- histórico, que ha ido desenvolviéndose mediante un pueblo concreto (Israel), en un tiempo concreto (desde Abraham y los profetas hasta hoy) y en un lugar concreto (Oriente Próximo), y que ha tenido como punto álgido a Jesucristo, una persona particular. Esto por una parte es maravilloso, y nos habla de cómo Dios se entreteje en la historia del hombre, haciéndose Él mismo historia; de cómo Dios actúa en lo pequeño (el pueblo judío, el más miserable de todos los pueblos de la época, el hombre Jesús, hijo de un carpintero), etc. Pero por otro lado es un misterio que produce perplejidad, como bien has preguntado.
¿Qué podemos decir de todos los que a lo largo de la historia han muerto sin tener noticias del Dios vivo? ¿Qué podemos decir de los que vivieron antes de Jesús? ¿O de los nativos americanos antes de que Colón les trajera el Evangelio? Como respuesta parcial, cabe decir que la Iglesia siempre ha dicho que los hombres de buena voluntad pueden salvarse sin haber conocido a Jesús. Y creo que la justicia divina no será igual de rigurosa con quien no ha tenido la suerte de conocer el Evangelio, lo cual indica que el haber nacido en un lugar cristianizado conlleva una mayor responsabilidad. Hay un texto que a mí me parece maravilloso, la Declaración Dominus Iesus (escrita por Ratzinger), en la que se habla de temas muy relacionados. Se puede leer aquí:
www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfait
Un extracto de la misma dice "para aquellos que no son formal y visiblemente miembros de la Iglesia, la salvación de Cristo es accesible en virtud de la gracia que, aun teniendo una misteriosa relación con la Iglesia, no… » ver todo el comentario
Los católicos sí hemos masacrado, por desgracia. El pecado afecta a todas las personas independientemente de su fe.
En todo caso, no puedo tomarme muy en serio una religión que surge como parodia del resto de religiones, espero que lo comprendas. Puedo (intentar) responder a críticas, o hablar de otras creencias de manera comparada, pero siempre que al menos tengan un mínimo de sentido. El pastafarismo para mí no lo tiene, es una broma y nació como tal.
"Señor, en mí, como en todos, hágase tu voluntad. Sólo te pido me des fuerzas suficientes como para llevarla a cabo con alegría y paz".
¿Crees que esto valdría tanto para un judío, como para un cristiano, como para un musulmán?
Respecto a los musulmanes no lo sé, quisiera creer que sí, en ella sólo se pide que se haga la voluntad de Dios, no veo nada que pueda ser contrario a esa fe.
Realmente me parece una plegaria hermosa que podríamos compartir las grandes religiones, sí, y que podría ayudar al entendimiento entre ellas. ¿Cómo se te ha ocurrido la idea? ¡Muchas gracias!
Respondo a tu pregunta con mucho gusto, pero soy de los que piensan que la religión, la fe, la creencia en Dios, es algo íntimo de cada uno, más incluso que... yo que sé, por ej. la historia personal (infancia, adolescencia, juventud, pasado inmediato, etc.) que condiciona gran parte del carácter y forma de ser de cada uno, y como tal, la discreción y la humildad deben prevalecer por encima de todo. Esto se puede interpretar como cobardía ante el… » ver todo el comentario
Repito que la oración me parece una maravilla para esos momentos adversos que describes, y entiendo que te dé fuerzas.
Comprendo tus reservas, aunque creo que por otra parte este mundo tan materialista en que vivimos necesita que de alguna manera los que tenemos un ápice de esperanza intentemos llevar esa lucecita allá donde podamos. No creo evidentemente en las imposiciones ni en las predicaciones a gritos en las plazas públicas. Pero dado que existe mucha hostilidad hacia quien profesa una fe -cosa que no me enfada, pero que me causa mucha tristeza, sobre todo por la simplificación que se hace del fenómeno- decidí animarme a hacer esto en menéame... Confío en que, a pesar de que este acto y mis respuestas tengan algo de "predicador callejero", de algo haya servido para alguien, al menos para no ridiculizar en otra ocasión al que no cree lo mismo que él.
Un saludo y gracias.
La única medida pública que tomé fue en un trabajo que tuve hace años, rogarle al encargado de la empresa, mi jefe directo, que por favor no blasfemara en mi presencia. En los ambientes en que me movía (construcción) eso pasaba desapercibido, pero a mí me rechinaba los dientes y me hacía sentir incómodo. Y se lo manifesté, una y otra vez, con humor, con paciencia y tacto, como quien no quiere la cosa, y al cabo de unos meses lo conseguí.
La… » ver todo el comentario
Me parecen críticas muy bien fundamentadas. Como ya he tocado temas parecidos, seré un poco más rapsódico:
- Para poner en la balanza lo que ha hecho la religión, tendríamos que conocer cómo sería un mundo sin religión, y eso es imposible. Por lo pronto, algunos experimentos ateos como el marxismo han generado también muchos muertos (Stalin, jemeres rojos, etc.). La religión, sobre todo la cristiana, predica esencialmente el amor y la paz entre todos los hombres. En su nombre se ha quemado y se han hecho cruzadas, siendo esto una contradicción que pesará para siempre sobre la Iglesia, evidentemente. ¿Pero tenemos derecho a pensar que sin la religión la historia habría sido más pacífica? ¿No nos habríamos seguido matando por posesiones, comida, mujeres, odios, incomprensiones, etc.? ¿No será justo admitir que, pese a todo el mal, la religión también ha permitido que aparezcan santos asombrosos como san Francisco Javier, san Juan Bosco, san Ignacio, san Felipe Neri…? ¿Y que ha dado consuelo y esperanza a los que no tenían nada más a que agarrarse?
- Asumir la mortalidad es muy duro, creo, si se piensa en serio. Y asumir la mortalidad de los seres queridos más. Cuando dices que si quisiéramos ser inmortales, probablemente viviendo una vida como la terrestre no querríamos, sería una condena cuando toda experiencia fuera ya una repetición de algo vivido (el infinito es demasiado vasto para que lo comprendamos). Pero quizás no es la manera de imaginar la vida perdurable. Quizás sea una vida fuera del tiempo, en plenitud. No lo sé. Pero seguro que es algo mejor de lo que podamos imaginar nosotros, porque el amor de Dios es más grande que el mayor amor humano.
- La razón y la ciencia pueden explicar muchas cosas acerca del funcionamiento del mundo, pero no sobre el sentido global de éste, ni sobre su origen. Y a… » ver todo el comentario
No sé, es un poco críptico tu mensaje, pero puedo imaginar que pretendes decirme algo semejante a que la fe es una ilusión que consistiría en tres errores:
- Afirmar enunciados sobre el nóumeno (inaccesible al conocimiento) partiendo del fenómeno.
- Encontrar patrones y sentidos donde no los hay.
- Y personificar esos patrones, diciendo que las supuestas huellas de un Creador son, además, reflejo de un Dios personal.
No sé si voy bien encaminado...
Coincido también en que todos deberíamos hacer eso, por supuesto. Que el mensaje católico esté dañado por ciertas personas porque haya sido esgrimido demasiadas veces como arma o como justificación de atrocidades, puedo comprenderlo, aunque creo que parte de una visión sesgada de las cosas (por ejemplo, la forma en que los medios de comunicación presentan a la Iglesia es totalmente deformada).
Es mejor ser bueno porque lo sientes, es mucho más fácil así, y de hecho todos tenemos una voz interior que nos dice lo que está bien y lo que está mal. Pero pensar que Dios lo quiere puede ayudar a más de uno a ser mejor persona. A mí me ha ayudado.
Gracias a ti!
En tus palabras se refleja la dicotomía entre el bien y el mal que tanto gusta pregonar a los católicos. He incluso he escuchado decir que "el relativismo el gran mal de nuestro tiempo".
Ahora dime, ¿matar a Hitler hubiera estado bien o mal? Es un ejercicio mental que demuestra que el bien y el mal no se distinguen tan claramente cuando bajas al mundo real.
Muy, muy resumidamente: ni el ser humano ni este mundo existen por azar. Somos el proyecto querido de un Dios, fuente de todas las cosas. Este Dios se ha revelado en las escrituras del pueblo judío y, en plenitud, en la persona de Jesús, que es Dios hecho hombre. Jesús ejemplificó el amor de Dios hasta el extremo dando su vida por su mensaje y sus discípulos, nos enseñó el rostro amoroso del Padre. Y gracias a su muerte y resurrección podremos ser salvados tras nuestra muerte.
Se puede profundizar, primero, leyendo el Credo. Segundo, leyendo el Evangelio (especialmente el sermón de la montaña, que resume la esencia moral del cristianismo). Y tercero, leyendo el Catecismo.
Te diría que de las lecturas anteriores, la más ilusionante es el sermón de la montaña, si te apetece leer algo cautivador y poético, es esto. Puedes leerlo aquí:
www.ciudadseva.com/textos/otros/el_sermon_de_la_montana.htm
Y es que la manera en que lo plantea Jesús es revolucionaria. Lejos de dar un discurso de prohibiciones y reglamentos, propone un ideal heroico, con una finalidad concreta. El discurso de reglas y prohibiciones es farisaico. La moral en cierto modo es como la gramática: es necesaria para poder hablar, pero no se habla para hacer gramática. Por eso, la mejor manera de transmitir el interés por la gramática es mostrando la poesía de la vida cristiana, y eso es lo que hace Cristo en este sermón.
Estoy de acuerdo con tu argumento, por supuesto la teoría de la evolución dice eso. Pero lo que quería decir es que los racistas, como los nazis, tergiversaron eso (de la misma manera que los inquisidores tergiversaban el Evangelio). En el caso de los nazis, creo que sí se puede hablar claro de relación con los paradigmas darwinistas: ellos pensaban que la raza aria era superior (intelectual y físicamente), y que no debía mezclarse con razas inferiores para contaminarse genéticamente (bueno, no se habían descubierto los genes pero sí las leyes de la herencia de Mendel predichas de alguna manera por Darwin). Es aplicar la teoría en un sentido muy torticero... En fin, me refería a eso.
Me refería al llamado darwinismo social especialmente:
es.wikipedia.org/wiki/Darwinismo_social
Y los textos judíos (el Antiguo Testamento) forman parte de los textos católicos, aunque con algunas diferencias. Por ejemplo, el judaísmo tiene entre sus textos al Talmud, que vendría a ser un comentario de la Torá (Pentateuco o cinco primeros libros de la Biblia) y el Tanaj (resto de la Biblia judía o Antiguo Testamento para los cristianos).
Te copio un párrafo del Catecismo por si te aclara mejor esto:
Los cristianos, por tanto, leen el Antiguo Testamento a la luz de Cristo muerto y resucitado. Esta lectura tipológica manifiesta el contenido inagotable del Antiguo Testamento. Ella no debe hacer olvidar que el Antiguo Testamento conserva su valor propio de revelación que nuestro Señor mismo reafirmó (cf. Mc 12,29-31). Por otra parte, el Nuevo Testamento exige ser leído también a la luz del Antiguo. La catequesis cristiana primitiva recurrirá constantemente a él (cf. 1 Co 5,6-8; 10,1-11). Según un viejo adagio, el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo, mientras que el Antiguo se hace manifiesto en el Nuevo.
Otro tema importante serían las contradicciones de los textos sagrados.
Su carisma debió sin duda influir, es evidente; su mensaje ilusiona y llena de esperanza a quien no tenía ninguna, por eso prende como fuego entre las clases más desfavorecidas de su tiempo. Aunque hay que recordar que su misión terrenal fue un fracaso: terminó crucificado y abandonado y negado por los suyos.
No es un fenómeno único, es cierto. Aunque sorprende aún así considerar que personas iletradas de una tierra medio olvidada del Imperio llevaran el Evangelio a las confines del mismo en tan pocos años. Yo no creo que la búsqueda de poder fuera un motor para los primeros cristianos y evangelizadores. Durante los primeros siglos fue una religión prohibida y perseguida: no hacía poderoso a quien la profesaba, sino que lo situaba en una situación de indefensión y peligro. Luego, con Constantino, en el año 313, se deja de perseguir a la Iglesia, lo que supone un cambio drástico, que podemos imaginar que fue de graves consecuencias, pues poco después, en el 380, Teodosio convierte el cristianismo en religión oficial del Imperio. Es evidente que a partir de aquí la combinación de religión y política, o religión y poder, tuvo nefastas consecuencias para ambas esferas. Gracias a Dios en el siglo XX esto se ha revertido en occidente (quedan por ahí las teocracias islámicas, claro).
Yo no creo que Dios no haya vuelto a hacer acto de presencia, creo que las vidas de los numerosos santos hablan de ello constantemente. En ellos la presencia de Dios es una realidad diaria y cercana. Pero claro, hay que leerlas sin prejuicios materialistas, porque si de partida se niega la posibilidad de lo sobrenatural entonces quedan muy cercenadas. Eso no quiere decir que todos los milagros que aparecen en ellas sean ciertos; pero lo contrario, que todo sea una absoluta falsedad, es lo que yo no creo tampoco. Es mi opinión en todo caso, a la que he llegado después de pensar como tú durante mucho tiempo.
Sobre si Jesús es una invención, según los criterios históricos habituales, las pruebas sobre Jesús son tan coetáneas con él y tan amplias, que no cabría dudar de su carácter histórico. Lo que se transmite, además, es una absoluta novedad, tanto dentro del judaísmo (una religión furibundamente monoteísta que tacharía de blasfemia la posibilidad de un hombre-Dios) como de los estándares morales de la Antigüedad (y hasta de hoy: ¿quién predica el amor a los enemigos hoy día?). Y luego, tenemos las huellas tan tempranas de ese acontecimiento, como los viajes de San Pablo, que terminó martirizado en Roma. Cuesta creer que por una invención tantos se dejaran matar.
En definitiva, yo diría que su existencia histórica está bastante asegurada, y pocos son los historiadores que la niegan (causa más problemas de los que resuelve). Otra cosa diferente es la historicidad de los Evangelios, que obviamente es una cuestión de fe.
Respecto a esto último, desde luego que hay, no seré yo quien lo niegue. Pero también es necesario comprender ante todo que la Revelación es un proceso histórico, una pedagogía de la humanidad por parte de Dios, como a veces se ha dicho. Por eso, por ejemplo, la ley del “ojo por ojo y diente por diente”, que hoy nos parece brutal, fue un principio que mejoró lo que había al racionalizar la venganza de manera que no fuera desproporcionada. Esta ley, como sabemos, fue superada por Jesús, o llevada a plenitud si se quiere, pero en ambos casos se trata de hitos del mismo camino de mejoría moral de la humanidad, que sólo en Jesús llega a su perfección.
Si te apetece y tienes dudas concretas podemos hablar de ello.
Sobre el relativismo, es verdad que se trata de una opción epistemológica que ha sido duramente criticada por los papas recientes, sobre todo Benedicto XVI. Pero yo comprendo la crítica: negar la posibilidad de la verdad nos deja en manos de un nihilismo total. Según sus palabras: "se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos". A mi juicio hay opciones diferentes que conviene distinguir:
- El escepticismo y la duda sobre las convicciones propias, que estimulan la profundización en el conocimiento, y por eso diría que son positivos.
- El perspectivismo, es decir, la idea de que la verdad objetiva existe, pero de ella sólo podemos conocer una parte acorde con nuestra visión particular (como en el cuento indio del elefante y los ciegos). También diría que esta postura es correcta.
- El relativismo, que niega la existencia de una verdad objetiva afirmando que todos los puntos de vista tienen igual validez. Esta visión sí me parece dañina porque implica un estancamiento de la humanidad, una paralización hacia la construcción de conocimientos más seguros y mejores.
www.bbc.com/mundo/noticias/2014/02/140219_ciencia_religion_milagros_fi
Sólo para que veas lo del "rigor" que mencionaba antes... Pese a todo, esa persona que lo ha visto sigue siendo atea, lo cual también me llama la atención.
No conocía la cita exacta de la Humanae Vitae, ¡muchas gracias por traerla! Puedo entender más o menos el sentido de la norma, pero cuesta, la verdad... Sobre todo cuando en algunos medios católicos insisten en lo fiable que es el método: si es tan fiable o más que el preservativo, sería aún más "cerrado" a la vida...
Por supuesto, envíame un privado cuando quieras!
Un saludo.
PD: Para lo del privado creo que necesito que me añadas como amigo en mi perfil.
Saludos