#24 Es parte fundamental y siempre disfuncional, luego, volvemos a la casilla de salida. Hay un defecto grave de diseño o está diseñado para beneficiar a una élite, míralo como quieras.

Yo al contrario pienso que estados más robustos y plurales nos protegen en parte contra el virus del personalismo, que también puede ser grave. Es otra forma de "división de poderes".

La pregunta es, ¿si tuviéramos oportunidad de hacerlo desde 0, lo haríamos igual? Diferentes problemas requieren diferentes soluciones.
¿Hemos de impulsar un modelo claramente defectuoso en otros lugares, además en muy diferente situación, cuando sabemos que equivale a ponerlos a los pies de los caballos?
Y peor todavía: ¿cuál es la alternativa? Hacen falta parches importantes y son regulatorios, y eso es más estado, no menos.

Pero de la regulación correcta, que al final se regula al revés, igual que los impuestos terminan siendo una máquina de redistribución inversa, como otras vías de financiación del estado.

#20 No me cuentes lo de Montesquieu porque entonces no existía La Sexta ni el poder financiero era el que es.
De qué nos sirve dividir los poderes del estado si a la postre los va a controlar el mismo.

#24 Es parte fundamental y siempre disfuncional, luego, volvemos a la casilla de salida. Hay un defecto grave de diseño o está diseñado para beneficiar a una élite, míralo como quieras.

Yo al contrario pienso que estados más robustos y plurales nos protegen en parte contra el virus del personalismo, que también puede ser grave. Es otra forma de "división de poderes".

La pregunta es, ¿si tuviéramos oportunidad de hacerlo desde 0, lo haríamos igual? Diferentes problemas requieren diferentes soluciones.
¿Hemos de impulsar un modelo claramente defectuoso en otros lugares, además en muy diferente situación, cuando sabemos que equivale a ponerlos a los pies de los caballos?
Y peor todavía: ¿cuál es la alternativa? Hacen falta parches importantes y son regulatorios, y eso es más estado, no menos.

Pero de la regulación correcta, que al final se regula al revés, igual que los impuestos terminan siendo una máquina de redistribución inversa, como otras vías de financiación del estado.

#23 Ni me gusta el autoritarismo, ni la concentración de poder ni los paripés, fíjate si me gustan poco que me parece que el problema es que ése suele ser el resultado de unas elecciones.
Y ya he dicho en #22 que de nada sirve separar los poderes del estado si luego caen bajo los mismos intereses. Si ya sabes esto, apelar a la división de poderes como si fuera una solución sí es hipocresía y si no mera ignorancia. Estamos en el capítulo siguiente.

En el marco general, la gran diferencia entre las democracias modernas y las dictaduras es la ilusión de poder cambiar algo, y tiene más importancia a nivel psicológico como herramienta de control de las masas que respecto a la acción de gobierno en sí. Lo que se observa a efectos prácticos es que el timón de las democracias tiene en realidad muy poquitos grados. Y hay quien lo llama "estabilidad". Cuando lo que es, es un rumbo fijo.
Ese hecho viene a confirmarse por la recurrencia de los eslóganes de "cambio" en los comicios: porque en realidad nunca cambia nada.
Se suele decir que la diferencia entre derecha e izquierda es un 3% en gasto social.

El problema es que se busca la prosperidad a través de unos mecanismos de gobierno que no son los responsables últimos de ella y que presentan deficiencias congénitas muy difíciles de corregir. Pero oye, si tú crees que esto se soluciona contando votos, pues cuenta votos. Exige que se cuenten los votos, y que salga el sol por donde quiera. Y que se respete la constitución o se cambie. Me acusas de "envenenar el espíritu de la lógica" y de "hipocresía intelectual" desde un reduccionismo flagrante y ni siquiera abordas ninguno de los problemas añadidos expuestos. Lo de "desconocer" viene bastante al caso.

La democracia no son las tablas de la ley que nos dio dios un día que bajó del cielo. Y las soluciones óptimas en relación a valores como justicia y honestidad no pueden ser invariables en los diferentes contextos. Porque si el precio de la democracia es asumir que un día la gente te ponga en el poder a Calígula porque se ha puesto de moda en tiktok, como en Argentina, que sólo le falta hacer a sus perros ministros, y sin ningún mecanismo para impedir o revertir eso, igual es que la idea es bastante perfectible. Tanto en sus excesos como en sus defectos.

La democracia moderna termina siendo una carrera muy justa entre unos que van a pie y otros que van en bicicleta.
Es una trampa, es una jaula, y supongo que las hay peores. Pero en algunos casos termina siendo la indefensión completa ante los intereses del capital extranjero, en especial la zona de América latina. Quizás no sea el modelo que más convenga allí, aunque por otro lado no creo que se pueda gobernar de espaldas al pueblo. Es un equilibrio muy, muy delicado.

#24 Es parte fundamental y siempre disfuncional, luego, volvemos a la casilla de salida. Hay un defecto grave de diseño o está diseñado para beneficiar a una élite, míralo como quieras.

Yo al contrario pienso que estados más robustos y plurales nos protegen en parte contra el virus del personalismo, que también puede ser grave. Es otra forma de "división de poderes".

La pregunta es, ¿si tuviéramos oportunidad de hacerlo desde 0, lo haríamos igual? Diferentes problemas requieren diferentes soluciones.
¿Hemos de impulsar un modelo claramente defectuoso en otros lugares, además en muy diferente situación, cuando sabemos que equivale a ponerlos a los pies de los caballos?
Y peor todavía: ¿cuál es la alternativa? Hacen falta parches importantes y son regulatorios, y eso es más estado, no menos.

Pero de la regulación correcta, que al final se regula al revés, igual que los impuestos terminan siendo una máquina de redistribución inversa, como otras vías de financiación del estado.

#20 No me cuentes lo de Montesquieu porque entonces no existía La Sexta ni el poder financiero era el que es.
De qué nos sirve dividir los poderes del estado si a la postre los va a controlar el mismo.

#24 Es parte fundamental y siempre disfuncional, luego, volvemos a la casilla de salida. Hay un defecto grave de diseño o está diseñado para beneficiar a una élite, míralo como quieras.

Yo al contrario pienso que estados más robustos y plurales nos protegen en parte contra el virus del personalismo, que también puede ser grave. Es otra forma de "división de poderes".

La pregunta es, ¿si tuviéramos oportunidad de hacerlo desde 0, lo haríamos igual? Diferentes problemas requieren diferentes soluciones.
¿Hemos de impulsar un modelo claramente defectuoso en otros lugares, además en muy diferente situación, cuando sabemos que equivale a ponerlos a los pies de los caballos?
Y peor todavía: ¿cuál es la alternativa? Hacen falta parches importantes y son regulatorios, y eso es más estado, no menos.

Pero de la regulación correcta, que al final se regula al revés, igual que los impuestos terminan siendo una máquina de redistribución inversa, como otras vías de financiación del estado.

#23 Ni me gusta el autoritarismo, ni la concentración de poder ni los paripés, fíjate si me gustan poco que me parece que el problema es que ése suele ser el resultado de unas elecciones.
Y ya he dicho en #22 que de nada sirve separar los poderes del estado si luego caen bajo los mismos intereses. Si ya sabes esto, apelar a la división de poderes como si fuera una solución sí es hipocresía y si no mera ignorancia. Estamos en el capítulo siguiente.

En el marco general, la gran diferencia entre las democracias modernas y las dictaduras es la ilusión de poder cambiar algo, y tiene más importancia a nivel psicológico como herramienta de control de las masas que respecto a la acción de gobierno en sí. Lo que se observa a efectos prácticos es que el timón de las democracias tiene en realidad muy poquitos grados. Y hay quien lo llama "estabilidad". Cuando lo que es, es un rumbo fijo.
Ese hecho viene a confirmarse por la recurrencia de los eslóganes de "cambio" en los comicios: porque en realidad nunca cambia nada.
Se suele decir que la diferencia entre derecha e izquierda es un 3% en gasto social.

El problema es que se busca la prosperidad a través de unos mecanismos de gobierno que no son los responsables últimos de ella y que presentan deficiencias congénitas muy difíciles de corregir. Pero oye, si tú crees que esto se soluciona contando votos, pues cuenta votos. Exige que se cuenten los votos, y que salga el sol por donde quiera. Y que se respete la constitución o se cambie. Me acusas de "envenenar el espíritu de la lógica" y de "hipocresía intelectual" desde un reduccionismo flagrante y ni siquiera abordas ninguno de los problemas añadidos expuestos. Lo de "desconocer" viene bastante al caso.

La democracia no son las tablas de la ley que nos dio dios un día que bajó del cielo. Y las soluciones óptimas en relación a valores como justicia y honestidad no pueden ser invariables en los diferentes contextos. Porque si el precio de la democracia es asumir que un día la gente te ponga en el poder a Calígula porque se ha puesto de moda en tiktok, como en Argentina, que sólo le falta hacer a sus perros ministros, y sin ningún mecanismo para impedir o revertir eso, igual es que la idea es bastante perfectible. Tanto en sus excesos como en sus defectos.

La democracia moderna termina siendo una carrera muy justa entre unos que van a pie y otros que van en bicicleta.
Es una trampa, es una jaula, y supongo que las hay peores. Pero en algunos casos termina siendo la indefensión completa ante los intereses del capital extranjero, en especial la zona de América latina. Quizás no sea el modelo que más convenga allí, aunque por otro lado no creo que se pueda gobernar de espaldas al pueblo. Es un equilibrio muy, muy delicado.

#24 Es parte fundamental y siempre disfuncional, luego, volvemos a la casilla de salida. Hay un defecto grave de diseño o está diseñado para beneficiar a una élite, míralo como quieras.

Yo al contrario pienso que estados más robustos y plurales nos protegen en parte contra el virus del personalismo, que también puede ser grave. Es otra forma de "división de poderes".

La pregunta es, ¿si tuviéramos oportunidad de hacerlo desde 0, lo haríamos igual? Diferentes problemas requieren diferentes soluciones.
¿Hemos de impulsar un modelo claramente defectuoso en otros lugares, además en muy diferente situación, cuando sabemos que equivale a ponerlos a los pies de los caballos?
Y peor todavía: ¿cuál es la alternativa? Hacen falta parches importantes y son regulatorios, y eso es más estado, no menos.

Pero de la regulación correcta, que al final se regula al revés, igual que los impuestos terminan siendo una máquina de redistribución inversa, como otras vías de financiación del estado.

#20 No me cuentes lo de Montesquieu porque entonces no existía La Sexta ni el poder financiero era el que es.
De qué nos sirve dividir los poderes del estado si a la postre los va a controlar el mismo.

#24 Es parte fundamental y siempre disfuncional, luego, volvemos a la casilla de salida. Hay un defecto grave de diseño o está diseñado para beneficiar a una élite, míralo como quieras.

Yo al contrario pienso que estados más robustos y plurales nos protegen en parte contra el virus del personalismo, que también puede ser grave. Es otra forma de "división de poderes".

La pregunta es, ¿si tuviéramos oportunidad de hacerlo desde 0, lo haríamos igual? Diferentes problemas requieren diferentes soluciones.
¿Hemos de impulsar un modelo claramente defectuoso en otros lugares, además en muy diferente situación, cuando sabemos que equivale a ponerlos a los pies de los caballos?
Y peor todavía: ¿cuál es la alternativa? Hacen falta parches importantes y son regulatorios, y eso es más estado, no menos.

Pero de la regulación correcta, que al final se regula al revés, igual que los impuestos terminan siendo una máquina de redistribución inversa, como otras vías de financiación del estado.

#23 Ni me gusta el autoritarismo, ni la concentración de poder ni los paripés, fíjate si me gustan poco que me parece que el problema es que ése suele ser el resultado de unas elecciones.
Y ya he dicho en #22 que de nada sirve separar los poderes del estado si luego caen bajo los mismos intereses. Si ya sabes esto, apelar a la división de poderes como si fuera una solución sí es hipocresía y si no mera ignorancia. Estamos en el capítulo siguiente.

En el marco general, la gran diferencia entre las democracias modernas y las dictaduras es la ilusión de poder cambiar algo, y tiene más importancia a nivel psicológico como herramienta de control de las masas que respecto a la acción de gobierno en sí. Lo que se observa a efectos prácticos es que el timón de las democracias tiene en realidad muy poquitos grados. Y hay quien lo llama "estabilidad". Cuando lo que es, es un rumbo fijo.
Ese hecho viene a confirmarse por la recurrencia de los eslóganes de "cambio" en los comicios: porque en realidad nunca cambia nada.
Se suele decir que la diferencia entre derecha e izquierda es un 3% en gasto social.

El problema es que se busca la prosperidad a través de unos mecanismos de gobierno que no son los responsables últimos de ella y que presentan deficiencias congénitas muy difíciles de corregir. Pero oye, si tú crees que esto se soluciona contando votos, pues cuenta votos. Exige que se cuenten los votos, y que salga el sol por donde quiera. Y que se respete la constitución o se cambie. Me acusas de "envenenar el espíritu de la lógica" y de "hipocresía intelectual" desde un reduccionismo flagrante y ni siquiera abordas ninguno de los problemas añadidos expuestos. Lo de "desconocer" viene bastante al caso.

La democracia no son las tablas de la ley que nos dio dios un día que bajó del cielo. Y las soluciones óptimas en relación a valores como justicia y honestidad no pueden ser invariables en los diferentes contextos. Porque si el precio de la democracia es asumir que un día la gente te ponga en el poder a Calígula porque se ha puesto de moda en tiktok, como en Argentina, que sólo le falta hacer a sus perros ministros, y sin ningún mecanismo para impedir o revertir eso, igual es que la idea es bastante perfectible. Tanto en sus excesos como en sus defectos.

La democracia moderna termina siendo una carrera muy justa entre unos que van a pie y otros que van en bicicleta.
Es una trampa, es una jaula, y supongo que las hay peores. Pero en algunos casos termina siendo la indefensión completa ante los intereses del capital extranjero, en especial la zona de América latina. Quizás no sea el modelo que más convenga allí, aunque por otro lado no creo que se pueda gobernar de espaldas al pueblo. Es un equilibrio muy, muy delicado.