#22 he entendido perfectamente tú argumento. Siempre que sea posible, quieres evitar meterte químicos creados por el hombre y añadidos a los alimentos. Y mi contraargumentación es que esos químicos no son malos por ser creados por el hombre, y que, precisament,e eso que dices, es quimiofobia: pensar que cualquier cosa sintética es mala, y que lo "natural" es bueno.
#13 y eso que describes es precisamente la quimiofobia. Que algo sea creado por el hombre, o sintetizado en un laboratorio no quiere decir nada. En tu estómago hay ácido clorhídrico, en tus células ocurren miles de reacciones orgánicas e inorgánicas con productos iguales a esos que tanto temes, y la fórmula química de la fructosa es bastante extraña.
Los químicos que se añaden, se añaden por algo
#13 Después de abrir un paréntesis no se pone espacio y antes de cerrarlo tampoco, o dicho de otra manera lo que va entre los paréntesis se pone pegado a ellos. Lo digo con animo educativo por si te sirve.
#7 Me parece un dilema absurdo. No me como las setas naturales que coge mi vecino en el monte, pero voy al médico a que me recete productos químicos artificiales. No depende de lo natural/artificial. Depende de la competencia del suministrador.
#5 Yo estoy bastante de acuerdo con el articulo basicamente porque a mi me pasa asi. Leer en un lugar en el que tienes 10000 opciones mas que llevar a cabo al mismo tiempo hace que te distraigas...Un libro es un libro y nada mas, no hay mas noticias, ni notificaciones, ni videojuegos, ni multimedia...
#5 Si el texto es lo suficientemente interesante lo lees de cabo a rabo, y varias veces incluso. Yo me he pasado horas leyendo, pero claro, era interesante. Cualquier post de internet no llega a esa categoría, pero algunos si. Mirad por ejemplo de de Wardog que acaba de publicar, ¿a que os lo habéis leído entero?
#1Totalmente de acuerdo! Tengo la misma frustración que tú! Sólo se tienden a valorar los libros en formato "libro", como si no aportase nada un tweet acertado o un vídeo de youtube que te puede enseñar a hacer un montón de cosas o a ver cosas que de otra forma no podríamos y que son igualmente muy enriquecedoras.